Por R.Martínez Y C.MARÍN
Los estadounidenses Thomas Sargent y Christopher Sims fueron galardonados con el premio Nobel de Economía 2011 por su investigación empírica sobre causa y efecto en la macroeconomía, informó la Real Academia Sueca de las Ciencias.
Sargent, nacido en julio de 1943 en Pasadena, ejerce como profesor de Economía y Negocios en Berkeley y en la Universidad de Nueva York. Sims nació en octubre de 1942 en Washington y trabaja como profesor de Economía y Bancos Harold Helms en la Universidad de Princeton.
Sims, que fue contactado telefónicamente por la Real Academia sueca de las Ciencias, aseguró que los “métodos” desarrollados por su colega Sargent y por él “son esenciales para encontrar la salida a este lío”, en referencia a la crisis económica, indicó el diario español Expansión.
El economista se mostró muy satisfecho por el galardón, que no esperaba “en absoluto”, recordó el trabajo de todo su equipo de colaboradores, y subrayó que no podía sentirse “más contento” por haber obtenido el premio conjuntamente con Sargent.
El anuncio del Nobel de Economía -que entrega 10 millones de coronas suecas, equivalentes a
US$ 1,5 millones- cierra la ronda de la edición 2011 de estos prestigiosos premios, que abrió el lunes pasado el de Medicina, al estadounidense Bruce Beutler, el franco-luxemburgués Jules Hoffmann y el canadiense Ralph Steinman, fallecido unos días antes de conocerse el galardón.
Las expectativas son clave
La Academia Sueca de las Ciencias dijo en su comunicado que la distinción reconoce el trabajo de ambos economistas ante interrogantes como de qué manera la inflación y el PIB son afectados por un aumento temporal en la tasa de interés, qué sucede si un banco central hace un cambio permanente en su meta de inflación o si un gobierno modifica su objetivo de balance presupuestario.
“Los laureados este año en ciencias económicas han desarrollado métodos para responder a esas y muchas otras preguntas sobre la relación causal entre la política económica y diferentes variables macroeconómicas como el PIB, la inflación, el empleo y las inversiones”, dijo.
Esas situaciones económicas usualmente son relaciones en dos sentidos: la política afecta a la economía, pero la economía también afecta a la política. Las expectativas sobre el futuro juegan aquí un papel fundamental. Los métodos de los ganadores del Nobel, indicó la Academia, pueden ser aplicados para identificar esas relaciones causales y explicar el papel de las expectativas. Esto hace posible determinar los efectos de medidas de política inesperadas asi como de sistemáticos cambios de políticas.
“Pánicos y crisis (...) lo que está ocurriendo en Europa ahora con el euro, se trata de las expectativas sobre lo que otras personas van a hacer”, dijo Sargent en una entrevista publicada por el sitio web de la organización del Nobel, citado por Reuters.
Pero a pesar de que su trabajo “tensó” las ideas acerca de cómo las expectativas influyen en las políticas y su impacto, Sargent advirtió que él y Sims, colegas de la Universidad de Minnesota, no tenían respuestas fáciles para la crisis actual.
“Somos dos ratones de biblioteca que analizamos los números e intentamos descifrar lo que está ocurriendo”, dijo Sargent. “Intentamos experimentar con nuestros modelos antes de destruir al mundo”, agregó.
Sims dijo acerca de los actuales problemas financieros del mundo: “Si tuviera una respuesta simple para eso, la hubiera transmitido por todo el mundo (...) Desafortunadamente, analizar los datos exige un trabajo extenso y lento”.
El premio de economía, que junto a los galardones en las otras disciplinas también es en memoria de Alfred Nobel, fue lanzado en 1969.
SIMS LLAMA A UNIÓN FISCAL EN EUROPA
Christopher Sims apostó por que la zona euro ponga en marcha su unión fiscal y refuerce el papel del Banco Central Europeo (BCE) si se quiere salvar a la moneda única. “Si el euro tiene que sobrevivir, la zona euro tendrá que encontrar la manera de compartir la carga fiscal y dar autoridad fiscal al BCE”, dijo Sims, citado por EFE, quien realizó una conferencia de prensa conjunta con el otro laureado, Thomas Sargent, en la Universidad de Princeton.
Sims recordó que el euro fue creado con un banco central, “pero sin una autoridad fiscal unificada que sea capaz de crear bonos e imponer impuestos por sí misma”, algo que, a su juicio, hizo a la moneda “extremadamente inusual”. Ahora mismo, según indicó el economista, “no está clara” la unión fiscal de la zona euro ni tampoco la autoridad fiscal del BCE, lo que “si esa situación se mantiene así o se intenta volver a un sistema en el que realmente no hay ningún respaldo fiscal para el BCE, las perspectivas para el euro son sombrías”.
Carril: una gran experiencia
Son varios los chilenos que han conocido a los economistas galardonados con el Nobel. Uno de ellos es Valentín Carril, gerente general de Principal Asset Management, quien fue alumno de ambos en el doctorado de Economía de la Universidad de Minnesota, a mediados de los años ‘80.
“Con Sargent tuve macroeconomía y la verdad es que fue bien inolvidable el curso, y con Sims tuve econometría y fue también mi guía de tesis”, cuenta, y reconoce que, aunque sufrió bastante con las clases, fue una gran experiencia estar con ellos.
A Sargent lo recuerda como “un tipo súper duro pero muy simpático, muy bueno para hacer bromas”, mientras que de Sims dice que es muy detallista y que “como guía de tesis era realmente impresionante”.
Y Carril no oculta su felicidad ante el Nobel: “Lo encuentro extraordinario, porque la razón del premio es su fuerte orientación empírica, buscando la eterna pregunta de macroeconomía que es la causalidad, qué fue primero, el huevo o la gallina, sube la tasa de interés porque bajó el tipo de cambio o baja el tipo de cambio porque subió la tasa de interés, o por qué ocurren las recesiones”.