POR M. Fajardo/R. García
No era mucho lo que la Reserva Federal podía hacer, pero igual lo intentó. El comité de política monetaria del banco central de EEUU, anunció ayer una nueva medida de política no convencional para intentar dar nuevo estímulo a la economía.
La estrategia, denominada “operación Twist” en recuerdo de otra medida similar aplicada en 1961, destinará US$ 400 mil millones para la compra de bonos de largo plazo (con vencimientos a entre seis y 30 años) hasta junio.
Por otra parte, la Fed venderá bonos de corto plazo por un monto equivalente, para modificar de ese modo la composición de su cartera y hacerla más equilibrada. Con esto busca influir sobre las tasas de mercado, haciendo caer los tipos en los instrumentos de largo plazo, para estimular el crédito y las inversiones.
Sin embargo, el impacto del anuncio todavía está por verse. Por lo pronto, ayer fue recibido sin grandes celebraciones, porque la economía estadounidense ya cuenta con suficiente liquidez y una mayor oferta de préstamos no haría grandes diferencias.
“Es discutible si la medida tendrá efecto a largo plazo en actividades de economía real, como el empleo, dijo a DF la directora de investigación para EEUU de Credit Suisse, Dana Saporta. El nivel de desocupación en EEUU cayó ligeramente en julio, pero se mantiene por sobre 9% prácticamente desde comienzos de 2009.
“Estas herramientas sirven para mantener las tasas de interés bajas, pero nadie cree que ese sea el problema, lo que necesitamos en EEUU en mi opinión es un liderazgo fiscal fuerte en el congreso, y eso está faltando, dijo Saporta”.
Sombrío panorama
Mucho más pesó en el ánimo de los inversionistas el deterioro en el diagnóstico de la Fed sobre la marcha de la economía. En su comunicado el comité destacó que “existen significativos riesgos a la baja para el panorama económico, incluyendo tensiones en los mercados financieros globales”.
El comentario se produce un día después de que el Fondo Monetario Internacional advirtiera que hay riesgos de que EEUU y Europa sufran una recaída en la recesión.
“La Fed dio a conocer un panorama muy desalentador para la economía. Tal vez no haya recesión, pero no parece haber mucho poder por el lado de las autoridades para ayudar”, señaló Roberto Perli, director de investigación de políticas en International Strategy & Investment Group.
Apoyo inmobiliario
Para contribuir al repunte del mercado hipotecario, la Fed también anunció que va a reinvertir títulos que vayan venciendo, pero está vez no en nuevos bonos del Tesoro, sino instrumentos garantizados por créditos hipotecarios.
El banco central dejó la tasa de interés de referencia sin cambios en su nivel actual (un rango de entre cero y 0,25%) y reiteró su compromiso de mantener el estímulo monetario al menos hasta mediados de 2013.
La Fed mantiene un gigantesco balance por US$ 2,85 billones (millones de millones), que infló a través de dos planes de alivio cuantitativo conocidos como QE1 y QE2 (por sus siglas en inglés).
El monto que será vendido representa un 75% de las posiciones de la Fed en instrumentos a entre tres meses y tres años.
Aunque la Fed confía en que política extraordinariamente expansiva no está haciendo peligrar su manejo de la inflación, no todos están de acuerdo. De hecho, un grupo de parlamentarios republicanos enviaron una carta esta semana el presidente de la Fed, Ben Bernanke, para exigirle que aplique más medidas expansivas.
“Es difícil ver riesgos inflacionarios en este momento. La economía estadounidense está muy débil, lo que mantiene baja la presión salarial”, opinó Perli. “Además está la economía global, que también se está desacelerando y eso mantiene bajos los commodities”.