Por Constanza Morales H.
La situación en Europa está todavía lejos de resolverse y las recuperaciones en Estados Unidos y China siguen siendo débiles, pero las condiciones externas seguirían estimulando el crecimiento en América Latina.
De acuerdo al informe “Las Américas: tiempo de reforzar las defensas macroeconómicas”, publicado ayer por el Fondo Monetario Internacional (FMI), se prevé que la región acelere su crecimiento durante este año a 3,5%, frente a la expansión de 3% registrada en 2012.
“Dado que se espera una política monetaria laxa durante algún tiempo, las condiciones de financiamiento externo seguirán siendo favorables. El dinamismo de la demanda en las economías emergentes de Asia y la recuperación gradual en las economías avanzadas continuarán apuntalando los precios de las materias primas, lo que beneficiará a los países que las exportan”, decía el texto.
Peligros a mediano plazo
A pesar de las buenas perspectivas económicas, el organismo advirtió que persistía el riesgo de que en algún momento en el futuro cambie la dirección de estos vientos a favor. El endurecimiento de las condiciones de financiamiento mundiales, la posibilidad de una fuerte desaceleración en los países emergentes asiáticos, particularmente en China, y un deterioro de los balances externos y financieros aparecen como los principales riesgos a mediano plazo.
“Las condiciones siguen siendo favorables, pero no durarán para siempre. Observamos una moderación de los precios de las materias primas que podría intensificarse, y las tasas de interés a la larga aumentarán a medida que mejora la situación en las economías avanzadas”, afirmó ayer en conferencia de prensa Alejandro Warner, director del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI. “El desafío para muchos países de la región es aprovechar estas condiciones para recomponer los márgenes de maniobra y sentar las bases de un crecimiento más vigoroso e inclusivo”, agregó.
El FMI alertó que el fuerte ritmo de crecimiento anual promedio de 4% anotado por la región en la última década podría ralentizarse hacia una tasa promedio más cercana a 3,25% para el período 2013-2017. Para mitigar este menor dinamismo, la productividad debe mejorar. “Las reformas estructurales, entre ellas las orientadas a mejorar el clima de negocios, estimular la competencia e invertir en capital humano, podrían contribuir a lograr una mayor productividad”, detallaba el informe.
Para las economías latinoamericanas financieramente integradas –Brasil, Chile, Colombia, México, Perú y Uruguay–, que se proyecta crecerán 4,3% en 2013, el FMI sugirió que las prioridades de política económica fueran fortalecer las finanzas públicas y proteger la estabilidad del sector financiero.
Según el reporte, “los déficits de cuenta corriente externa de estos países aumentaron a pesar de términos de intercambio favorables. En 2012 llegaron a un promedio de 2,8% del PIB (frente a 2% del PIB en 2011) debido a que la demanda interna siguió creciendo a un ritmo más rápido que el del producto”.
Los analistas expresaron que con una política fiscal más prudente, las naciones podrían aliviar la presión sobre la limitada capacidad interna y mitigar la expansión del déficit de cuenta corriente. Además, la entidad recomendaba mantener la flexibilidad cambiaria para desalentar una afluencia de capitales especulativos.
Sólida situación fiscal chilena
Respecto del país, el informe destacó que Chile está dentro del grupo de naciones que redujo la deuda pública en 20 puntos porcentuales del PIB y el endeudamiento externo en 25 puntos porcentuales del PIB en promedio en la última década.
Además, en dicho período Chile incrementó un 20% anual sus ingresos extraordinarios por sobre los ingresos corrientes, siendo una de las naciones más beneficiadas.
En tanto, junto con Bolivia, Paraguay, Perú y, en menor medida, Colombia, Chile tiene “una posición fiscal relativamente sólida para resistir shocks externos importantes –e incluso para responder con políticas expansivas– sin comprometer la solvencia fiscal”.
El punto negativo en la economía nacional entre 2003 y 2012 fue el desempeño de la productividad. A diferencia de lo ocurrido en las otras economías de la región, en Chile “el crecimiento de la productividad total de los factores se ha vuelto negativo en la última década, en parte como resultado de una caída de la productividad en el sector minero”, se leía en el documento.