Por María Ignacia Alvear C.
El FMI revisó al alza sus previsiones de crecimiento para Sudamérica a 4,9% en 2011 frente al 4,8% estimado en el informe de abril, y aumentó las perspectivas para Chile a 6,5% este año, lo que representa un incremento respecto del 5,9% calculado en el cuarto mes del año. Sin embargo, para 2012, se espera que la economía chilena se desacelere y crezca sólo 4,7%.
El organismo, además, revisó su base de datos que incluye índices como el PIB per cápita. Según el nuevo cálculo, Chile será este año el segundo país mejor ubicado entre las principales economías de Sudamérica, con
US$ 13.969, sólo superado por Uruguay.
Ajustado por poder de paridad de compra (PPC), en tanto, Chile se mantiene como segundo de la región, con
US$ 16.171, pero superado ahora por Argentina.
Para el año 2016, el último contemplado en las proyecciones del Fondo, nuestro país superaría la marca de los US$ 20 mil en PIB per cápita ajustado por (PPC), aunque de todas maneras se mantendría segundo, tras la economía trasandina.
El pronóstico de la inflación de nuestro país para 2011 es de 3,1%, cinco décimas por debajo de la pronosticada hace cinco meses. En 2012 el Fondo pronostica que este índice vuelva a crecer 3,1%. En cuanto al desempleo el organismo mantiene su previsión de 7,2 % para este año y el próximo.
Auge regional
El reporte elaborado por el FMI indica que, además de nuestro país, el crecimiento estará liderado en la región por Argentina, Paraguay, Perú y Uruguay que, según las proyecciones, sus economías se expandirán a niveles cercanos o por encima de 6% en 2011.
La excepción sería Brasil, la mayor economía de la región, donde el Producto Interno Bruto ha comenzado a moderarse y la actividad creció 4% en el primer semestre de este año, por debajo del 7,5% en 2010. El Fondo prevé que el crecimiento a corto plazo se desacelerará hasta un nivel inferior a su potencial y ubicará la inflación en dirección a su meta, que ronda el 4,5%, en parte como reflejo de perspectivas externas menos favorables. De hecho, para este año, el organismo multilateral espera que Brasil se expanda sólo 3,8% y 3,6% en 2012.
Rápida expansión
Los países que integran a América Latina y el Caribe, región que se espera que crezca 4,5% en 2011 y 4% en 2012, han experimentado una rápida expansión en el primer semestre del año debido al gran impulso de los países exportadores de materias primas. Sin embargo, este crecimiento está moderándose en varias economías de la región después de que se recuperaron de la crisis financiera de 2008 y están adoptando políticas macroeconómicas más restrictivas.
Pero, a pesar de esto, el crecimiento sigue apuntando al alza y varios indicadores, como el precios al consumidor, dan a entender que algunas economías podrían estar sobrecalentándose.
En el caso de México, el FMI ve un “robusto” crecimiento en la primera mitad del año pese al débil avance de Estados Unidos y de los efectos sobre el sector del automóvil del terremoto registrado en Japón. La entidad calcula ahora que la economía mexicana crecerá este año 3,8% y 3,6% en 2012, al igual que Brasil.
En los países con regímenes de metas de inflación como Brasil, Chile, Colombia, México y Perú, se proyecta que el IPC se mantendrá dentro del rango fijado como meta en 2011, pero muy cerca o por sobre del límite superior. En otras economías, como Argentina y Venezuela, se pronostica que la inflación se mantendrá en niveles de dos dígitos, como reflejo de las políticas expansivas.
Riesgo por bancos
Otro punto que destaca el reporte es que si la aversión mundial al riesgo se mantiene elevada, podrían intensificarse los riesgos de financiamiento externo para la región “a través de un cambio de sentido de los flujos de capital y un fuerte ajuste de los desequilibrios en cuenta corriente y de los tipos de cambio”. Y un hecho que el FMI resalta es que la importante presencia de bancos españoles en la región podría plantear algunos riesgos en un escenario de movimientos extremos en los mercados, “pero estos riesgos se verán compensados por el modelo de filiales existente”.
Por otra parte, los posibles efectos de contagio de China podrían reflejarse a través del comercio exterior, ya que una desaceleración más profunda en el gigante asiático dañaría las perspectivas para los exportadores de materias primas de la región.