Justo cuando la campaña de Aécio Neves, el principal candidato de la oposición para las elecciones presidenciales de Brasil en octubre, estaba ganando impulso la semana pasada, recibió una dosis de realidad cuando surgieron acusaciones de corrupción por un aeropuerto.
La pista de aterrizaje fue construida en un terreno comprado con dineros públicos por parte de un tío abuelo de Neves, candidato por el partido pro-negocios Social Demócrata Brasileño (PSBD), cuando fue gobernador del estado de Minas Gerai, informó el diario Folha de Sao Paulo.
Neves usó el aeropuerto, construido en una ubicación remota cercana a una propiedad de la familia, para visitar a parientes, decía la nota. Sus parientes habrían incluso retenido las llaves de la instalación.
Un furioso Neves respondió que la tierra había sido adquirida a su tío abuelo a un precio bajo y que el aeropuerto se construyó siguiendo un proceso de licitación adecuado que ya había sido investigado y autorizado por una entidad auditora estatal. “Esta información [en el diario] es una mentira”, declaró.
Hasta ahora, la campaña se ha caracterizado por viejas rivalidades, tácticas de terror y acusaciones de corrupción que no han excluido a nadie, incluyendo a la favorita, la presidenta Dilma Rousseff del Partido de los Trabajadores (PT), de centro izquierda. Según analistas, la difamación en la carrera presidencial más ajustada en años aumentará, y Neves será el más perjudicado.