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Creador del software McAfee es sospechoso de asesinato y acusa conspiración en su contra

En mayo de 2008, cuando John McAfee se dirigió a 421 estudiantes graduados...

Por: | Publicado: Lunes 19 de noviembre de 2012 a las 05:00 hrs.
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Por Adam Thomson
, Ciudad de México


En mayo de 2008, cuando John McAfee se dirigió a 421 estudiantes graduados de Roanoke College, su alma mater en Virginia, el multimillonario matemático y creador del software antivirus McAfee se los dijo claramente.

“Nunca me interesó el trabajo, y la mayor parte de mi carrera la pase evitándolo. Mi ritmo era trabajar hasta haber ahorrado suficiente dinero para viajar por el mundo por un año o dos. Luego renunciaba y viajaba por el mundo”.

La semana pasada, McAfee, ahora con 67 años, aunque aún con su característica barba de chivo y cabello canoso, estaba nuevamente en movimiento. Sólo que esta vez escapaba de la policía en Belice, la pequeña nación caribeña de 350.000 habitantes que llama hogar y donde las autoridades quieren interrogarlo por el asesinato de Gregory Faull.

Faull, un ciudadano estadounidense y vecino de McAfee en la isla en Ambergris Caye, fue descubierto bocarriba en un charco de sangre hace una semana en su casa en la playa con una herida de bala en la cabeza. Cerca de su cuerpo se halló el cartucho de una pistola Luger de 9 milímetros.

McAfee, que insiste en que es inocente, teme por su vida. Afirma que las autoridades de Belice, que registraron una de sus propiedades en mayo, intentan matarlo. Dean Barrow, el primer ministro de Belice, afirmó la semana pasada que McAfee era “extremadamente paranoico” y “loco”.

McAfee habló el viernes con CNBC y señaló: “El último objetivo es averiguar quién mató al hombre, que no tuvo nada que ver conmigo y que me dejen tranquilo”.

Nadie sabe exactamente por qué McAfee vendió sus multimillonarias propiedades en EEUU a precios de remate y se mudó a Belice hace cuatro años. Algunos insisten en que fue para reducir su cuenta de impuestos. McAfee asegura que perdió la mayor parte de su fortuna en la recesión. Otros, como Jeff Wise, una periodista y amigo, señalan que huyó para evitar la bancarrota tras una demanda luego que uno de los clientes de su empresa de “aerotrekking” muriera en un accidente en su propiedad en Nuevo México. McAfee añadió una pequeña lágrima a sus tatuajes en el brazo derecho para recordar la tragedia.

“Sus activos en EEUU no fueron liquidados por el accidente, sino trasladados por él a Belice para que no tuviera que pagar una condena”, señaló Wise en un artículo de 2010.

Sea cual sea el motivo, vecinos de Ambergris Caye señalan que McAfee vivía recluido, se rodeó de guardaespaldas armados, mujeres jóvenes y once perros, hasta que cuatro de ellos murieron misteriosamente envenenados hace dos semanas. Describir la vida de McAfee como una montaña rusa sería insuficiente. Antes de mudarse a Belice fue un gurú del software, lideró el “aerotrekking” y escribió libros sobre yoga.

En la computación, McAfee trabajó en la Nasa, Univac, Xerox y, finalmente Lockheed, donde se desempeñó como un arquitecto de sistemas a mediados de los ’80.

Ahí encontró una copia de “cerebro pakistaní”, un virus de computador que le dio la idea de formar una compañía que suministrara protección contra virus para el creciente número de PC en los hogares y, en particular, en las empresas.

Aryeh Goretsky, el primer empleado de McAfee Asociados, la firma que McAfee fundó en 1987, recuerda que no escribió ningún código, pero “tenía una habilidad para absorber rápidamente nueva información, entenderla y empezó a tomar decisiones al respecto”.

Dos asombrosas innovaciones —un enfoque radicalmente diferente para combatir los virus y la luego revolucionaria decisión de regalar su software, cobrando después por las licencias y las actualizaciones— ayudaron a que McAfee se metiera en el bolsillo US$ 100 millones al momento de vender las acciones que le quedaban en 1994.

Luego avanzó hacia otra cosa. Después de fundar Tribal Voice, uno de los pioneros en la mensajería instantánea, viajó por el mundo, en particular a India y Nepal, donde quedó fascinado con el yoga.

Los primeros años en Ambergris Caye fueron serenos. “Solía ser muy tranquilo y también era generoso”, le dijo a FT Daniel Guerrero, alcalde de la isla. Entre otras cosas, McAfee donó un gran bote para la guardia costera.

Pero Guerrero dice que las quejas aumentaron, como por ejemplo respecto de los perros y guardaespaldas de McAfee.

Ahora se niega a entregarse. En correos dirigidos a Joshua Davis, un conocido suyo y periodista de la revista Wired, alega estar escondiéndose en una pieza infestada de piojos con su novia.

McAfee presiente que las autoridades se están acercando. “Abundan los rumores sobre un allanamiento inminente”, escribió el jueves. Pero hasta ese día, seguía sin quedarse quieto, tal como lo ha hecho casi toda su vida. 


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