La Comisión Europea acusa a trece bancos de inversión, la Asociación Internacional de Swaps y Derivados de Crédito (ISDA) y al proveedor de datos Markit de impedir la entrada de las bolsas oficiales en el mercado de derivados de crédito entre 2006 y 2009, lo que permitió a estas trece firmas explotar este negocio sin los niveles de competencia necesarios. Bruselas afirma que estas prácticas encarecieron la operativa con este tipo de productos y pudieron afectar a la transparencia de los mercados y su estabilidad.
Deutsche Börse y Chicago Mercantile Exchange pidieron licencias, datos y permisos a ISDA y Markit para ofrecer la operativa de Credit Default Swaps (CDS) en sus plataformas de negociación. Estos productos funcionan como seguros frente al impago de una deuda, pero también se utilizan para apostar sobre la evolución de la calidad crediticia de un determinado emisor (país o empresa).
En el pliego de cargos que la Comisión envió a las entidades afectadas se acusa a esos trece bancos (Bank of America Merrill Lynch, Barclays, Bear Stearns, BNP Paribas, Citigroup, Credit Suisse, Deutsche Bank, Goldman Sachs, HSBC, JPMorgan, Morgan Stanley, Royal Bank of Scotland y UBS) de presionar a ISDA y a Markit para que sólo concedieran permisos para operar Over-The-Counter (OTC), donde se intermedian operaciones bilaterales a medida entre inversores privados y de forma habitualmente opaca. De este modo, DB y CME no pudieron ofrecer operativa de CDS en mercados abiertos.
Según la acusación de la Comisión, los bancos protegieron así sus propios ingresos derivados de la intermediación de CDS en mercados OTC, ya que si las bolsas hubieran podido ofrecer ese servicio lo habrían abaratado.
Los bancos y entidades afectadas podrán ahora presentar su versión al Ejecutivo comunitario. (Expansión)