El presidente de Argentina, Javier Milei, volará este domingo rumbo a la ciudad de Nueva York, donde se encontrará con el mandatario de Estados Unidos, Donald Trump, y con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, en medio de una crisis de múltiples aristas considerada el momento más crítico de su Gobierno desde su asunción en diciembre de 2023.
Milei emprenderá junto a su núcleo duro de ministros un viaje de cinco días al país gobernado por su aliado estratégico, Trump, con quien mantendrá una reunión bilateral; un periplo que se presenta como prioritario para el Gobierno, en medio de una creciente presión cambiaria y la turbulencia de los mercados locales.
El viaje coincide con el anuncio de negociaciones avanzadas con el Tesoro de ese país por un nuevo préstamo para Argentina, después de que el Banco Central de Argentina vendiera US$ 1.110 millones en tan solo tres jornadas, para intentar contener la devaluación del peso, que se ha depreciado un 10 % en lo que va del mes frente al dólar estadounidense.
Como parte de la búsqueda de oxígeno en el país del norte, Milei se reunirá también con la directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, acompañado de su canciller, Gerardo Werthein; el ministro de Economía, Luis Caputo; la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei; y el secretario de Comunicación y Medios, Manuel Adorni.
También concretará una reunión con Netanyahu, otro aliado de la Administración Milei, que se había especulado sucedería en Argentina pero finalmente tendrá lugar el próximo jueves en Nueva York.
Incertidumbre política
Las turbulencias en el terreno político comenzaron para el Gobierno de Milei el pasado 20 de agosto, cuando se difundieron audios atribuidos a uno de sus funcionarios que detallaban un supuesto esquema de sobornos en la Agencia Nacional de Discapacidad que tenía como beneficiaria a su hermana y secretaria general de la Presidencia, Karina Milei.
El pasado 7 de septiembre, el partido oficialista perdió por una amplia diferencia, a manos del peronismo, las elecciones legislativas de la provincia de Buenos Aires, el distrito que concentra el 38% de la población argentina, una contienda que representó, para muchos, una prueba piloto de los comicios legislativos nacionales del próximo 26 de octubre.
Sondeos recientes revelan que el nivel de desaprobación de la gestión de Milei crece, mientras las protestas en las calles de colectivos afectados por la política de ajuste del Ejecutivo se repiten cada semana.
El Gobierno también ha perdido capacidad de impacto en el Congreso, donde la oposición ha logrado revertir tres vetos presidenciales a leyes que destinaban más recursos a áreas como salud, educación y discapacidad.
La oposición ha ganado cuerpo en el Parlamento, gracias al apoyo de senadores que responden a gobernadores no peronistas, otrora aliados a Milei, hoy enemistados por el ajuste aplicado por el Gobierno nacional a las provincias desde el inicio de su gestión y que se le enfrentarán en las próximas elecciones bajo el frente Provincias Unidas.
Ante este escenario, los inversores se preguntan si el oficialismo logrará en las elecciones de octubre ganar las suficientes bancas en el Congreso para sacar adelante reformas esperadas por los mercados en el sistema laboral, tributario y de pensiones, entre otras.
"No nos vamos a mover del programa"
Pero aún por fuera de las especulaciones políticas, expertos consultados por EFE aseguran que es el programa económico en sí y las deficiencias en su ejecución las que despiertan dudas en los inversores.
Pese a la recomendación del propio FMI, el Gobierno no logra acumular reservas monetarias, algo que pone en jaque su posibilidad de hacer frente a los abultados vencimientos de deuda, una ecuación que ha hecho caer la cotización de los bonos soberanos y elevar el índice de riesgo país de Argentina hasta los 1.454 puntos básicos, su mayor nivel en un año.
No obstante, el ministro Caputo aseguró el pasado jueves en la noche que confiaban "plenamente en el programa económico" y que no habría un cambio de rumbo en el plan.
En ese contexto, Milei pondrá en pausa los asuntos domésticos y la campaña de las próximas elecciones -que retomará a su regreso con un acto confirmado para el 6 de octubre-, en un intento de negociar con EE.UU. cartas que mejoren su perspectiva de cara a la contienda electoral del día 26 del próximo mes.