Lituania asumió hoy la presidencia de turno de la Unión Europea (UE) con los asuntos económicos como principal prioridad de un semestre en el que también tratará de impulsar un acercamiento con otras antiguas repúblicas soviéticas del este de Europa.
En una Europa marcada por la recesión y los altos niveles de desempleo, la restauración de la estabilidad y el impulso del crecimiento serán claves para el Gobierno lituano.
Así, Vilna (capital lituana) se fijó como primer objetivo restaurar "la credibilidad económica" de la UE, avanzando hacia "unas finanzas públicas más sanas" y reforzando "la estabilidad financiera", señaló en un comunicado.
Lituania, de hecho, cuenta con una importante experiencia en la gestión de la crisis a escala nacional, pues ha logrado reponerse al espectacular frenazo que sufrió su economía en 2009, tras años de crecimiento continuado.
"Como uno de los países con más éxito a la hora de superar la crisis económica y financiera y volver a una recuperación sostenible y al crecimiento, Lituania buscará organizar la Presidencia de forma eficiente y buscando resultados", señaló el Gobierno.
Entre otras cosas, al frente de la UE deberá lograr progresos en la unión bancaria, entre ellos un acuerdo para adoptar el nuevo sistema de garantía de depósitos y el mecanismo común para la resolución de bancos en crisis, tal y como explicó hoy el embajador lituano ante la UE, Raimundas Karoblis.
Karoblis manifestó hoy su interés en avanzar en otras propuestas legislativas del área financiera y en la lucha contra la evasión y el fraude fiscal.