La intención de Lufthansa de desprenderse de su filial británica, BMI, puede acabar convirtiéndose en un drama. El grupo germano dice que está dispuesto a vender la aerolínea entera o por partes, y en esta operación la semana pasada IAG (el holding que agrupa a Iberia y British Airways tras su fusión) tomó la delantera con la compra de los slots (derechos horarios de aterrizaje y despegue) de BMI en el aeropuerto de Heathrow, en Londres. Pero el movimiento que no cayó bien en los despachos de Virgin Atlantic, el otro gran interesado en BMI.
Virgin Atlantic, que forma parte del imperio del magnate Richard Branson, anunciado que solicitará a los reguladores británicos y a la Unión Europea que investiguen la compra de estos slots por si se trata de un movimiento para vender a BMI por partes, menoscabando el valor que podría encontrar en la compañía un posible comprador.
El gran tesoro de BMI (antigua British Midlands), y lo que hace que grandes grupos aéreos se muestren interesados en su proceso de venta, es su posición de segundo mayor operador en el saturado aeropuerto de Londres, con algo más de 9% de la capacidad de las instalaciones.
Con la adquisición de seis pares de slots por parte de IAG, el grupo resultante de la fusión de Iberia y British Air-ways refuerza aún más su posición en Heathrow, al controlar casi 45% de los derechos horarios para operar en el aeropuerto londinense.
Molestia de Branson
“British Airways podría estar intentando hacer pedazos los mejores activos de BMI, incrementando su posición de dominio (en Heathrow) al tiempo que la convierte en una compañía poco competitiva y poco atractiva antes de su venta”, alertó Branson, presidente de Virgin, según Dow Jones.
Según el fundador del imperio Virgin, la adquisición por parte de Iberia-British de más capacidad en Heathrow “no puede ser beneficiosa para el cliente si sirve para reforzar desproporcionadamente su posición”. Branson ha confirmado que su compañía remitirá esta misma semana una carta a las autoridades británicas de la competencia y a la Comisión Europea solicitando que velen por que la venta por partes de los activos de BMI no pongan en peligro la libre competencia.
Compra de slots
La semana pasada IAG abrió el camino para crecer en el saturado aeropuerto de Londres-Heathrow. El grupo cerró la adquisición de seis pares de los codiciadísimos slots en el gran aeropuerto londinense. Unos slots que hasta ahora operaba BMI, filial de Lufthansa en dificultades financieras y a la que la matriz alemana le ha colgado el cartel de se vende entera o por partes.
IAG sólo confirmó la existencia de la operación y que los slots los utilizará British Airways a partir de octubre para rutas tanto de largo como de corto alcance. No ha querido revelar el monto de la transacción, que, en cualquier caso, sería millonario. Hace apenas tres años, la estadounidense Continental Airlines pagó US$ 209 millones (154 millones de euros) por sólo cuatro pares de slots.
BMI es el segundo operador en Heathrow, con cerca de 9% de la capacidad, sólo por detrás de British Airways, que con la compra anunciada la semana pasada eleva su cuota a algo más de 43%. Con unas instalaciones saturadas y tan poco potencial de crecimiento, los slots de que dispone la aerolínea se convierte en un tesoro más que atractivo para sus rivales.