El debate sobre la austeridad recrudece en Europa, en medio de negativos datos económicos. El ministro francés de Economía, Pierre Moscovici, aseguró ayer que la decisión de la Comisión Europea de conceder un plazo suplementario a varios países para cumplir los objetivos de déficit supone el fin de la era “del dogma de la austeridad” y abre la etapa del crecimiento económico.
Declaraciones similares surgieron de una cumbre bilateral ítalo-española. El primer ministro de Italia, Enrico Letta, aseguró que con España se luchará por hacer que Europa preste mayor atención tanto al crecimiento como “sobre todo al actual malestar social”. Ambos países trabajarán en conjunto para presentar en la cumbre de la UE de junio un plan contra el desempleo juvenil.
Otros van más allá. Oskar Lafontaine, ex ministro de Finanzas alemán que en su momento fue uno de los precursores del euro, cree que debe haber una ruptura de la moneda única para que el sur de Europa pueda recuperarse, advirtiendo que el curso actual está “llevando al desastre”.
En cambio, el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, advirtió que los países de la zona euro deben mantener el control de sus finanzas públicas y no cambiar de rumbo al tratar de estimular el crecimiento.
Tratando de acercar posiciones, el jefe de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, afirmó que el crecimiento basado en el endeudamiento no es sostenible, aunque indicó que las medidas fundamentadas en la pura austeridad tampoco son aceptables.
“Los mercados seguramente aceptarán” una menor austeridad “mientras los gobiernos sigan centrados en las reformas estructurales”, escribió el domingo Joachim Fels, jefe co-global de economía de Morgan Stanley en Londres.
Malas cifras
El debate se da en medio de nuevas cifras negativas. El sector privado de Alemania, la mayor economía de Europa, se contrajo por primera vez en cinco meses en abril. Según la lectura final de abril del índice compuesto de Gerentes de Compra (PMI, su sigla en inglés) de Markit, hubo una caída desde 50,6 puntos en marzo a 49,2. Una cifra inferior a 50 indica contracción.
De hecho, Jörg Krämer, economista jefe de Commerzbank, advirtió que hay un “significativo riesgo de que, contrario a lo que esperan los analistas, la economía no repunte en la primavera (boreal)”.
Las cifras minoristas de la eurozona cayeron un 0,1% en marzo tras ceder 0,2% en febrero, informó ayer la oficina estadística de la Unión Europea (Eurostat). La economía de la unión monetaria se ha contraído por cinco trimestres y se espera que la tendencia continúe en 2013.