Equipo de Dilma Rousseff ya está preparando su agenda para la transición
Las medidas incluyen controlar los gastos corrientes y definir un cronograma para corregir las tarifas públicas desfasadas.
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Los economistas del gobierno comienzan a trabajar en lo que a nivel interno ya se ha denominado el “programa de transición”. Son medidas que fortalecen la situación fiscal y, por lo tanto, pueden ayudar a mejorar las expectativas sobre la política económica que se adopten en un eventual segundo mandato de la presidenta Dilma Rousseff. El plan consiste en anunciarlas entre la elección y la toma de posesión.
El foco de la agenda es darle “institucionalidad” a la política fiscal, haciéndola más creíble y autónoma. Por lo menos cuatro iniciativas ya fueron delineadas, según verificó Valor.
La primera es el control de los gastos corrientes. El gobierno puede limitar la variación del desembolso del PIB nominal, adoptando un mecanismo que no permita que el gasto crezca más que el producto.
La segunda es implementar medidas para reducir, de forma significativa, los gastos contra el seguro de desempleo (junto con el bono salarial, esta categoría llegó a 46.500 millones de reales el año pasado).
La tercera es aplicar reglas que dificulten la concesión de pensión por muerte (en 2013, esta partida presupuestaria consumió 100 mil millones de reales en recursos públicos).
La cuarta iniciativa es definir un cronograma para la corrección de las tarifas públicas que están con precios desfasados. La intención es evitar la aplicación de un tarifazo.
También se discuten medidas como un regreso del compromiso con una meta de superávit primario (hoy el gobierno define, sin ningún parámetro, el tamaño del esfuerzo fiscal que pretende realizar) y retomar el proyecto de ley, enviado al Congreso en el inicio del segundo período del presidente Lula da Silva, que limita el reajuste de la variación del IPC, más una ganancia fija real (1,5% anual en la propuesta original).
Las medidas circulan en el Ministerio de Hacienda y dentro de la instancia del gobierno que, en el caso de la reelección de la mandataria, permanecerá a cargo de la economía: el banco central. Según informaron anteriormente Raymundo Costa y Claudia Safatle a Valor PRO -el servicio de informaciones en tiempo real de Valor- Rousseff pretende sustituir al ministro Guido Mantega por el presidente del ente emisor, Alexandre Tombini, y a éste por el actual director de Asuntos Internacionales de la institución, Luiz Awazu Pereira.
El momento del cambio va a depender del escenario económico. Si la situación empeora, ello podría ocurrir antes del inicio del nuevo mandato, una forma de enviar una señal positiva al mercado, donde, como observó Tony Volpon de Nomura Securities, Tombini es visto como un ministro de Hacienda probable por combinar experiencia económica, credibilidad del mercado y la confianza de la presidenta.