El Gobierno alemán acaba de decretar, basándose en su normativa nacional sobre derechos de autor y en ley europea, que la reproducción en streaming por parte de un usuario de contenidos pirateados no representa un delito y no puede constituir en ningún caso una actividad ilegal.
En este sentido, el Ministerio de Justicia germano se ha apresurado a matizar que, a pesar de esto, la descarga de este mismo tipo de archivos sí que supondría una infracción de los derechos de autor y sería visto como un acto ilegal por cualquier tribunal.
El Ejecutivo alemán ha añadido que, a pesar de haber tomado esta decisión, el Tribunal Supremo del país deberá dar su opinión sobre este asunto y que lo más probable es que la respuesta termine viniendo del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE), que dará por buena o no la interpretación realizada en relación a la directiva sobre derechos de autor.
Esta resolución, cuanto menos polémica, plantea diferentes cuestiones: ¿tiene sentido diferenciar las descargas de contenido pirata de la visualización online? ¿La decisión del TJUE puede fijar un precedente y aplicarse en el resto de la UE?
"Entiendo la decisión alemana. Parece evidente que tratan de no penalizar la actividad de los usuarios que utilizan el streaming para tener acceso a contenidos en la Red. El consumidor no es la persona adecuada ni tiene poder para juzgar si el contenido que está viendo es pirata o no.
Sin embargo, Alemania podría estar abriendo una puerta trasera que permitiría a los internautas ver archivos que incumplen las leyes sobre protección de los derechos de autor con total impunidad. Y es que, en el fondo, el streaming de contenidos ilegales causa el mismo daño a los titulares de derechos de autor que las descargas pirata", explica Francisco Pérez-Bes, vicepresidente de la asociación de expertos de la abogacía TIC (Enatic).
Por su parte, Raúl Rubio, socio responsable del área de tecnologías de la información de Baker&McKenzie, entiende que con esta decisión se ponen de manifiesto las lagunas de la normativa europea y deja claro que con la directiva actual "no se puede sancionar a alguien que no tiene ninguna capacidad para saber si lo que está visualizando es legal o ilegal.
En ese sentido, creo que una decisión del TJUE servirá para crear doctrina que ahora no existe y aclarar las reglas del juego, tanto para la industria como para los usuarios"