Hace 20 años se comenzó a construir en la capital de Venezuela, Caracas, la Torre de David, la que se esperaba fuera un brioso nuevo centro financiero.
Sin embargo, este proyecto jamás vio la luz, ya que luego de la muerte de su desarrollador, David Brillembourg, y una gran corrida en el sector bancario, fue abandonado. Hoy, sus 45 pisos están ocupados por indigentes que lo han tomado como su hogar, transformándose en el conventillo más alto del mundo.
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