La crisis de la eurozona se mueve con un ritmo cíclico. Cada cierto tiempo, las expectativas de nuevas medidas de ayuda para los gobiernos en problemas desatan el optimismo de los mercados que luego, ante la ausencia de resoluciones concretas, se derrumban arrastrados por la decepción. Y el ciclo se estaría repitiendo una vez más.
La reunión de los ministros de Finanzas del G20 comenzó el jueves por la noche con la “promesa” de que los líderes mundiales no dejarían a la economía global caer en una nueva recesión. Sin embargo, las respuestas de las autoridades se mantienen en el terreno de las especulaciones, y no está claro aún cómo podrían implementarse.
De hecho, Holanda y Finlandia ya anunciaron que no están a favor de aumentar el fondo de rescate, mientras que S&P adelantó que la ampliación del fondo implicará rebajas de calificaciones, algo que podrían no estar dispuestos a aceptar.
Entre las “promesas” de las autoridades, está la hecha por el comisionado de Asuntos Monetarios de la UE, Olli Rehn, quien reconoció que se podría dar al Fondo Europeo de Estabilización Financiera (FEEF) atribuciones suplementarias para darle más fortaleza” y aumentarlo de los actuales 440.000 millones de euros (US$ 595.000 millones) a 2 billones de euros. Por su parte, otro medio alemán publicó que el Fondo Monetario Internacional (FMI) podría incrementar drásticamente sus recursos para enfrentar a la crisis financiera internacional de
US$ 940.000 millones a US$ 1,3 billón o incluso más.
También se habló de una posible rebaja en la tasa de interés por parte del Banco Central Europeo (BCE) en caso de que la economía se ralentice, pero la noticia fue desmentida por las autoridades del BCE.
Posible recorte
No obstante, los anuncios no convencen a todos. La agencia calificadora S&P dijo que las diferentes alternativas en discusión “podrían tener implicancias crediticias” en los países de la zona euro. Y, al igual que Mohammed El-Erian, director ejecutivo del fondo Pimco, S&P ve un gran riesgo de recesión en el viejo continente.
A esta malas señales, se suma la negativa de Holanda y Finlandia de aumentar el capital del fondo de rescate. “Sólo estamos discutiendo el hecho de que el FEEF necesita ser usado de una manera más flexible”, dijo el primer ministro de holandés, Mark Rutte. Además, el miembro del Banco Central Europeo, Klaas Knot, dijo que los eurobonos podrían ser “inevitables” en algunos países al sur de Europa, los que presentan altas tasas de interés y que están entrando en problemas. “Eso puede no pasar con los eurobonos”, dijo Knot, quien agregó que estos bonos deberían ser sólo un “último recurso” y que las naciones deben primero mejorar sus disciplinas fiscales y reducir las cargas de deudas.