El 2 de abril marcó un punto de inflexión en la política comercial global. Con la entrada en vigor de una nueva ronda de aranceles impuestos por Estados Unidos, la guerra comercial generó alta volatilidad en los mercados financieros, que se reflejó en movimientos bruscos y constantes en los principales índices bursátiles.
Pese a este escenario convulsionado, el principal selectivo de la Bolsa de Santiago, el IPSA, logró desmarcarse. Si bien en ciertos tramos su comportamiento siguió la tendencia del S&P 500 de EEUU, logró atenuar parte de la volatilidad que ha sacudido a Wall Street.
“Hay que tener en consideración que la volatilidad que ha mostrado la bolsa estadounidense es más alta que la registrada a nivel local, porque las consecuencias de la guerra comercial en Chile son de manera indirecta, a través de China principalmente”, aseguró el subgerente de estudios de Bci Corredor de Bolsa, Marcelo Catalán.
Pese al contexto global, el IPSA sostuvo una evolución estable, con sesiones de subidas y caídas que han mantenido sus ganancias prácticamente planas. Durante la jornada del martes, el selectivo llegó a recuperar un 7% de las pérdidas acumuladas, reflejando cierto grado de resiliencia frente al ruido internacional. Este miércoles, el selectivo avanza 0,21% a 7.771,33 puntos.
Sin embargo, se observa un desempeño heterogéneo entre las acciones que lo integran. Mientras algunas compañías han logrado consolidarse como ganadoras, impulsando su capitalización bursátil, otras experimentaron retrocesos significativos, reflejando los efectos asimétricos de la coyuntura internacional.
Las ganadoras
Hasta la sesión del miércoles, la acción de Andina B se posiciona como el papel con mejor rendimiento del periodo, con una rentabilidad de 7% y un incremento en su capitalización bursátil superior a los $ 192 mil millones. Le siguen Banco de Chile, con un alza de 5,17%; Mallplaza, con 4,99%; Engie Energía Chile, con 3,2%; y CCU, con un avance cercano al 2%.
“Son empresas con buenos fundamentos y que tienen exposición a la demanda interna. En una coyuntura donde se ve más incierta la parte externa, pueden funcionar como refugio”, explicó el subgerente de estudios de renta variable en BICE Inversiones, Aldo Morales.
En este grupo también destaca el rol del sector eléctrico, considerado menos expuesto a la volatilidad global, lo que ha favorecido el desempeño de firmas como Engie.
Además, los analistas apuntan que en el caso de Andina B y CCU, la reciente eliminación del cepo cambiario en Argentina -puesta en marcha este lunes- actúa como un catalizador adicional. Ambas compañías podrían verse beneficiadas por la posibilidad de repatriar dividendos desde ese país.
“Si uno saca la jornada del lunes y martes, tras el anuncio del cepo cambiario, la verdad que Andina B estaría dentro de las con mejor rendimiento, pero no estaría en el primer puesto”, precisó Catalán.
Por su parte, Banco de Chile y la banca en general han mostrado tradicionalmente una mayor resiliencia en contextos inflacionarios, algo que también ha sido valorado por los inversionistas. “Esperamos que los bancos crezcan por sobre la inflación prevista”, agregó Catalán.
Las perdedoras
En el otro extremo, las acciones con peor desempeño en capitalización bursátil en el contexto arancelario son aquellas con mayor exposición a la demanda externa, especialmente desde China, y a la evolución de los precios de materias primas.
CAP lidera las caídas con un descenso de 11,75% en su valor bursátil, lo que equivale a una pérdida de $ 89,7 mil millones. Le siguen SQM, con una baja de 10,5%; Vapores, con 7,42%; CMPC, con 4,92%; y Copec, con una contracción de 2,9%.
“Son empresas que tienen exposición a la demanda externa y principalmente a China, en el caso del litio y hierro por ejemplo, la mayor parte de la demanda global viene de China”, advirtió Morales.
Catalán complementó con que “se ven afectadas estas acciones, por una menor expectativa de crecimiento de la demanda externa, por la tensión entre Estados Unidos y China”.
En particular, el caso de Vapores refleja el impacto del aumento del proteccionismo global, que ha golpeado el comercio internacional y, en específico, rutas clave como la transpacífica entre Asia y América.
Otro factor en común entre estas firmas es su alta beta, en comparación a otros sectores, es decir, su sensibilidad a los movimientos generales del mercado, lo que intensifica sus variaciones en entornos volátiles.