La revancha del dólar, tras los aranceles recíprocos de Donald Trump y las represalias de China, vino de la mano con un rebaraje de posiciones extranjeras en desmedro del peso chileno, según los datos al viernes que el Banco Central publicó esta mañana.
Los no residentes redujeron en US$ 1.200 millones su posición neta sobre el peso en la operación del viernes, día en que el precio del dólar partió la jornada con un gap fuertemente alcista y terminó marcando un alza de casi $ 30, la mayor desde 2022.
"Esta operación respondió a una necesidad de cobertura ante los riesgos derivados del nuevo episodio de guerra comercial iniciado por las medidas arancelarias anunciadas por Trump el miércoles, y la posterior respuesta de China", dijo a DF el analista sénior de Aurea Group, Ignacio Dabed.
Juan Pablo Iturriaga, gerente de renta fija de Vantrust Capital, explicó que "el dólar continúa siendo un refugio al menos contra las monedas emergentes", mientras que "el principal país a atacar por Trump es China, y una desaceleración de su economía o exportaciones golpean el precio del cobre, y por ende al peso chileno".
Dabed afirmó que no es posible estimar con precisión cuánto pudieron haber perdido los extranjeros el viernes, ya que "muchas de estas operaciones se realizan a través de intermediarios y pueden estar vinculadas a fondos off-shore o hedge funds que mantienen horizontes de inversión más largos o estrategias más complejas. Por lo tanto, las posiciones no necesariamente reflejan pérdidas realizadas en el corto plazo".
Varios extranjeros sabían lo que podía venir en el cierre de la semana. De hecho, si bien el tipo de cambio operó a la baja en la sesión del jueves, estos ya empezaron a ajustar sus apuestas en tono más cauto, al recortar en unos US$ 600 millones su posición neta a favor del peso.
El resultado de todas estas maniobras es que los no residentes volvieron a estar cortos sobre el peso en términos netos, al registrar un exceso de US$ 640 millones con sesgo a favor de moneda extranjera. La medición del Central se basa en suscripciones con bancos locales.
La mencionada variación de US$ 1.200 millones reflejó específicamente ajustes en forwards de dólar-peso. La mayor parte de estos contratos a favor del peso están firmados en plazos de hasta un mes aproximadamente, con un segmento menor en plazos de hasta tres meses.
La posición off-shore se mantuvo desde el 11 de marzo hasta el pasado jueves 3 de abril sesgada a favor de la divisa nacional -alcanzó un máximo de US$ 2.360 millones netos-, después de alrededor de tres años rebalsada en sentido contrario.