El brusco cambio en las perspectivas de crecimiento mundial que venía observándose desde hace algunos meses, finalmente afectó a las monedas de América Latina.
En agosto, las que tienen mayor liquidez experimentaron fuertes depreciaciones, llegando a sufrir retrocesos de hasta un 17,96% en el caso de Brasil, el país de la moneda con el peor rendimiento en agosto entre los emergentes. Las divisas de Colombia, Chile, Perú y México también retrocedieron.
“Aquí no hay drivers internos que expliquen estos movimientos”, dice el economista de Santander GBM, Juan Pablo Castro. “Todos estos casos son reflejo de la aversión al riesgo a nivel internacional”, señala.
La baja de los commidities claramente influye fuertemente en la depreciación de las monedas de la región. “En general para los países de la región, el que se devalúen sus monedas es una válvula de escape para compensar en parte la baja de las materias primas”, explica el director de FXCM, Patricio Roncagliolo.
En esta línea, Castro asegura que el peso chileno “todavía tiene espacio para depreciarse en términos reales dentro del peak de la historia reciente”.
Intervenciones cambiarias
Otra variable que preocupa es la posible intervención de los bancos centrales para evitar la depreciación excesiva de sus divisas.
Pero más allá del reciente esfuerzo de Brasil en esta dirección, según Roncagliolo “tendría que ser muchísimo más fuerte para qué viésemos intervenciones a la baja a favor de las monedas”.