Nuevo movimiento vinculado a las FARC emerge en la escena política colombiana

La Marcha Patriótica representa un desafío para las negociaciones de paz con la guerrilla, pero también podría abrir nuevas oportunidades de diálogo.

Por: | Publicado: Miércoles 6 de junio de 2012 a las 05:00 hrs.
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Un nuevo movimiento de izquierda llamado Marcha Patriótica (MP) está llamando la atención del gobierno colombiano, tras debutar con una demostración masiva en Bogotá de campesinos, estudiantes y activistas, a fines de abril. El movimiento, de un año de antigüedad, busca establecer su presencia en la escena nacional de frente a la elección general de 2014 y promueve la redistribución de la tierra, el suministro universal de salud y educación y un veto contra la minería multinacional y de gran escala. Sin embargo, la principal plataforma de la MP es conseguir una negociación política con las guerrillas izquierdistas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), lo que acabaría con décadas de conflictos.

La MP es respaldada por cientos de organizaciones de la sociedad civil y el Partido Comunista Colombiano (PCC), que recientemente se separó del Polo Democrático Alternativo (Polo; el único partido de izquierda con representación en la legislatura). El Ministerio de Defensa y las Fuerzas de Seguridad creen que la MP tiene vínculos directos con los rebeldes de las FARC o que al menos han sido infiltrados. Esto porque Piedad Córdoba, una ex senadora (1994-2000) del Partido Liberal (PL), una de las pocas políticas que tiene comunicación directa con los líderes de las FARC, es su principal líder visible. El ejército también dice haber hallado propaganda de la MP en campamentos base de guerrillas y que las organizaciones de campesinos que participan en el nuevo movimiento político vinieron de regiones donde las FARC aún tienen influencia.

Los líderes de la MP han negado cualquier vínculo con las FARC y protestaron por ser estigmatizados, recordando a la Unión Patriótica (UP), un partido liderado por las FARC que surgió en el contexto de las negociaciones de paz de 1985, que virtualmente desapareció después de que grupos paramilitares de derecha diezmaran a sus líderes y miembros. Los últimos desarrollos demostraron que esto es un riesgo real: en mayo un sicario encargado de asesinar a Córdoba se entregó, revelando el plan.

La MP representa tanto una oportunidad como un desafío para el presidente Juan Manuel Santos, que busca crear las condiciones para una futura negociación de paz con las FARC. MP podría convertirse en un movimiento político que reciba a ex miembros y comandantes de las FARC si están dispuestos a abandonar la violencia, demostrando que un partido izquierdista radical no violento podría ser incluido en el proceso electoral. Al mismo tiempo, Santos debe evitar que las guerrillas se fortalezcan, a través de la plataforma que les entrega la MP, antes de que ocurran las negociaciones de paz. Finalmente, Santos debe garantizar la seguridad de los miembros de la MP y que no se repita el destino de la UP.

Un reciente ataque de bomba tal vez se traduzca en una mayor oposición parlamentaria al Marco por la Paz, paquete de enmiendas constitucionales que busca establecer un marco legal para futuras negociaciones de paz con guerrillas.

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