El envejecimiento de la población es un factor clave que está impactando fuertemente en diversas áreas a nivel global, incluyendo la economía, y Chile no es la excepción. La Región de Tarapacá, por ejemplo, registra 45,8 adultos mayores por cada 100 menores de 15 años. Pero detrás de esta cifra general se ocultan realidades muy diversas, con un índice de apenas 17,5 adultos mayores en el caso de Alto Hospicio, y que se dispara a 104,5 en el de Camiña. (Fuente: Estudio Longuitudinal Región de Tarapacá 2024)
“Al interior de las regiones también existe centralismo. Muchas veces todo se concentra en la capital regional y las comunas quedan invisibilizadas”, explica David Bravo, director del Centro de Encuestas y Estudios Longitudinales de la Universidad Católica. Y ser capaz de detectar estas variaciones dentro de una misma región es vital, porque “sin datos comunales, es imposible asignar bien los recursos”, subraya el economista.
Para abordar esta brecha en la información, Tarapacá cuenta ahora con un centro de estudios económico y social orientado a fortalecer la toma de decisiones públicas y privadas con base en la evidencia. Se trata del Laboratorio de Estudios Regionales (LER), lanzado a mediados de año por la Universidad Arturo Prat, junto a la Universidad Católica y Compañía Minera Doña Inés de Collahuasi, y que está trabajando ahora en publicar sus primeros reportes.
La instancia surge tras más de tres años de trabajo en la región a partir del Estudio Longitudinal de Tarapacá, levantamiento de datos que ha permitido recopilar información en múltiples dimensiones sociales y económicas.

Avanzar a una descentralización real
Uno de los economistas que participa del proyecto es Bravo, quien conversó con DF Regiones y que ha estado directamente involucrado en el levantamiento y análisis de los datos en Tarapacá. A su juicio, el laboratorio permitirá visibilizar realidades que hoy quedan ocultas en los promedios regionales y abrirá una nueva etapa en la forma en que se toman las decisiones en los diversos territorios del país.
“Uno de los principales aprendizajes es que al interior de las regiones también existe centralismo (…) Cuando se observa que una comuna tiene, por ejemplo, niveles de pobreza muy superiores al promedio regional, se vuelve evidente dónde se debe intervenir. Este tipo de información permite avanzar hacia una descentralización real dentro de las propias regiones”, explica el experto. “Chile tiene un desafío enorme en materia de crecimiento, productividad y empleo. Resolverlo requiere inversión pública y privada y esas decisiones se toman en los territorios. Para saber dónde invertir, qué destrabar y dónde están las oportunidades, se necesitan datos y colaboración entre universidades, sector privado y sector público. Lo que se está haciendo en Tarapacá apunta justamente en esa dirección”.
El Estudio Longitudinal de la Región de Tarapacá 2024, que sigue a los mismos hogares en el tiempo y tiene representatividad comunal, permite ver con mayor claridad cómo se distribuyen importantes variables, como envejecimiento, participación laboral, informalidad, ingresos y pobreza, dentro de la región. Los datos muestran que la realidad regional no es pareja. Mientras algunas comunas concentran población más joven y mayores niveles de participación económica, otras presentan tasas más altas de informalidad laboral, pobreza y precariedad habitacional.
“No teníamos datos tan detallados sobre la situación de los hogares y las familias dentro de la región. Sabemos que existen problemas de envejecimiento y baja fecundidad, pero esas discusiones suelen hacerse con datos nacionales. Aquí podemos ver cómo esos fenómenos impactan específicamente a la región y a cada comuna. También podemos analizar la distribución del tiempo al interior de los hogares, el mercado laboral, salud, listas de espera, vivienda y pobreza, con un nivel de desagregación que antes no existía”.
El momento perfecto
La experiencia en Tarapacá, también puede tener repercusiones relevantes en otras partes del país. “Es algo que perfectamente podría replicarse en otras regiones como Valparaíso o La Araucanía. De hecho, es sumamente necesario. Medir es visibilizar, y visibilizar es el primer paso para transformar esas realidades en políticas públicas”.
Y el timing, además, resulta clave, según Bravo. “Es un momento muy oportuno. Estamos en un contexto de cambio de gobierno y hoy contamos con varios años de datos que permiten construir indicadores no sólo para la región, sino también para cada comuna, en múltiples dimensiones”.
Datos clave del Estudio Longitudinal de la Región de Tarapacá 2024
– Envejecimiento: el índice de envejecimiento regional llega a 45,8 adultos mayores por cada 100 menores de 15 años, con una brecha extrema entre comunas: Alto Hospicio registra 17,5 mientras Camiña alcanza 104,5
– Migración: 15,5% de la población de Tarapacá es migrante; al excluir campamentos, la proporción es 10,2%. La mayor concentración se da entre los 30 y 44 años.
– Ocupación laboral: la tasa de ocupación regional fue de 56,1% en 2024, pero Colchane registra solo 38,7%
– Informalidad laboral: 33,1% de los ocupados trabaja en condiciones informales. En Colchane la cifra se eleva a 70,3%, seguida de Camiña 69,3% y Huara 62,3%
– Pobreza: la tasa regional alcanza 12,3% al incorporar campamentos y 10,9% al excluirlos. Huara presenta la mayor incidencia con 37%
– Endeudamiento: 55% de los hogares califica su situación de deuda como complicada o medianamente complicada, con un peak de 59% en Alto Hospicio.