Seguros antifraude para productos bancarios crecen hasta 50% por efecto de campaña Avíspate
En el mercado afirman que aunque valoran ciertas medidas de seguridad, los clientes bancarios son susceptibles de sufrir estafas en el extranjero.
Por: | Publicado: Domingo 9 de enero de 2011 a las 05:00 hrs.
- T+
- T-
P. Gallardo / D. Morchio
Un impacto positivo sobre la contratación de seguros antifraude ha tenido Avíspate, la campaña lanzada por la Asociación de Bancos a principios de noviembre. Aunque la industria cuenta ya desde hace un tiempo con este tipo de pólizas, desde que comenzó la campaña educativa para evitar fraudes electrónicos, los bancos han experimentado una expansión en la venta de estos seguros que entregan protección -entre otros- a medios de pago como cuentas corrientes, líneas y tarjetas de crédito y, que cubren más allá de las estafas a través de Internet. Según el gerente comercial de Seguros de Santander, Jaime Santibáñez, estamos viendo un aumento muy importante en la venta de seguros de fraude el mes de diciembre, comparado con los tres meses anteriores. Es que las ventas por este concepto se empinarían en 50% respecto de los meses previos. Para el año que recién comienza, en tanto, sus proyecciones son de 25%.
En BancoEstado los productos de Tarjeta Segura y Chequera Segura alcanzaron una expansión en sus ventas durante noviembre y diciembre del año pasado por 32% y 35%, respectivamente, respecto de igual fecha del año anterior. Ello demuestra el interés de los clientes por proteger su patrimonio incentivado por acciones comerciales realizadas internamente y por la campaña Avíspate, señala la jefe del segmento personas, Pilar Hernández. Y desde RSA también sacan cuentas alegres. Su gerente general, Ignacio Barriga, estima un incremento de 15% en el stock de asegurados durante 2010, correspondiente a 210 mil clientes.
Claves de seguridad
Las buenas perspectivas para este tipo de seguros van de la mano con el casi explosivo desarrollo mostrado por las transferencias electrónicas. Es que si en junio del año 2000 se acercaban a las 500 mil operaciones, hoy superan las 18.600.000, lo que representa un crecimiento de 3.300% en una década. Pero con las oportunidades que entrega la tecnología, también surgen ciertos riesgos como las técnicas del phishing -que usa una réplica de la página de los bancos para capturar la clave secreta de acceso- y del pharming -la clave se obtiene realizando llamadas telefónicas simulando ser ejecutivo del banco-. Y a la par de la creación de pólizas necesarias para proteger a los clientes de los peligros de las estafas electrónicas y de robos de tarjetas o en cajeros automáticos, también se ha innovado en otras medidas de seguridad como el uso de Pin Pass. Barriga, en todo caso, tiene una visión más crítica al respecto. Es que aunque valora el uso de estas medidas de seguridad para limitar algunos tipos de fraudes, aclara que no se está libre de estafas en el extranjero. Los riesgos de siniestros no desaparecen pues el uso de claves de seguridad no es una práctica extendida en todo el mundo, señala el ejecutivo de RSA. Y agrega que estas medidas reducen los riegos de fraude a los que están expuestas las tarjetas, pero no los cheques, los que han sufrido un agravamiento relevante y no visualizamos una disminución en el futuro.
Un impacto positivo sobre la contratación de seguros antifraude ha tenido Avíspate, la campaña lanzada por la Asociación de Bancos a principios de noviembre. Aunque la industria cuenta ya desde hace un tiempo con este tipo de pólizas, desde que comenzó la campaña educativa para evitar fraudes electrónicos, los bancos han experimentado una expansión en la venta de estos seguros que entregan protección -entre otros- a medios de pago como cuentas corrientes, líneas y tarjetas de crédito y, que cubren más allá de las estafas a través de Internet. Según el gerente comercial de Seguros de Santander, Jaime Santibáñez, estamos viendo un aumento muy importante en la venta de seguros de fraude el mes de diciembre, comparado con los tres meses anteriores. Es que las ventas por este concepto se empinarían en 50% respecto de los meses previos. Para el año que recién comienza, en tanto, sus proyecciones son de 25%.
En BancoEstado los productos de Tarjeta Segura y Chequera Segura alcanzaron una expansión en sus ventas durante noviembre y diciembre del año pasado por 32% y 35%, respectivamente, respecto de igual fecha del año anterior. Ello demuestra el interés de los clientes por proteger su patrimonio incentivado por acciones comerciales realizadas internamente y por la campaña Avíspate, señala la jefe del segmento personas, Pilar Hernández. Y desde RSA también sacan cuentas alegres. Su gerente general, Ignacio Barriga, estima un incremento de 15% en el stock de asegurados durante 2010, correspondiente a 210 mil clientes.
Claves de seguridad
Las buenas perspectivas para este tipo de seguros van de la mano con el casi explosivo desarrollo mostrado por las transferencias electrónicas. Es que si en junio del año 2000 se acercaban a las 500 mil operaciones, hoy superan las 18.600.000, lo que representa un crecimiento de 3.300% en una década. Pero con las oportunidades que entrega la tecnología, también surgen ciertos riesgos como las técnicas del phishing -que usa una réplica de la página de los bancos para capturar la clave secreta de acceso- y del pharming -la clave se obtiene realizando llamadas telefónicas simulando ser ejecutivo del banco-. Y a la par de la creación de pólizas necesarias para proteger a los clientes de los peligros de las estafas electrónicas y de robos de tarjetas o en cajeros automáticos, también se ha innovado en otras medidas de seguridad como el uso de Pin Pass. Barriga, en todo caso, tiene una visión más crítica al respecto. Es que aunque valora el uso de estas medidas de seguridad para limitar algunos tipos de fraudes, aclara que no se está libre de estafas en el extranjero. Los riesgos de siniestros no desaparecen pues el uso de claves de seguridad no es una práctica extendida en todo el mundo, señala el ejecutivo de RSA. Y agrega que estas medidas reducen los riegos de fraude a los que están expuestas las tarjetas, pero no los cheques, los que han sufrido un agravamiento relevante y no visualizamos una disminución en el futuro.