El increíble dron abeja que desarrolló la Universidad de Harvard
Tiene un peso de apenas 175 miligramos pero puede hacer cosas que ningún otro ha logrado.
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Investigadores de la Universidad de Harvard han creado un dron-abeja híbrido que es capaz de volar, sumergirse en el agua y propulsarse fuera de ella para aterrizar en tierra. Este robot tiene un peso de 175 miligramos y un tamaño de dos centímetros para favorecer su flotabilidad.
Esta última generación de Robobee se presenta como "el primer microrobot que puede moverse repetidamente a través de entornos complejos", destaca Yufeng Chen, una de las investigadoras responsables del proyecto.
En este sentido, Chen explica que este dron se ha diseñado con nuevos mecanismos que permiten una transición directa entre aire y agua, "algo que está más allá de lo que la naturaleza puede lograr en el mundo de los insectos".
Los investigadores destacan, en un comunicado publicado en la web de la universidad de Harvard, que diseñar un drone de pequeño tamaño que pueda moverse libremente dentro y fuera del agua supone varios retos. Uno de los principales problemas es que el agua tiene mil veces más densidad que el aire, por lo que las alas de Robobee tenían que diseñarse para cambiar su intensidad dependiendo del entorno.
El drone puede flotar sobre la superficie del agua gracias a una cámara de flotabilidad que recolecta el líquido que le rodea. Dentro de esta cámara también hay integrada una placa electrolítica que produce oxihidrógeno, lo que dota al drone de más flotabilidad y le permite sacar sus hélices fuera del agua.
La tensión de la superficie del agua ayuda a Robobee a mantener la posición cuando sus alas empiezan a aletear para despegar, aunque para poder salir del agua los investigadores no podían utilizar combustible "debido a que el RoboBee tiene una capacidad de carga limitada", señala Elizabeth Farrell Helbling, otra de las investigadoras responsables.
El equipo desarrollador de la Universidad de Harvard resolvió este problema con la integración de un mecanismo capaz de activar una chispa para encender el oxihidrógeno, lo que propulsa al robot fuera de la superficie del agua.
Desde Harvard insisten en que este dron, que es "mil veces más ligero que cualquier otro robot aeroacuático", podría servir para explorar terrenos y, de esta forma, emprender misiones de búsqueda y rescate, o para monitorizar el medioambiente.