Cabos sueltos amenazan el plan de rescate europeo en caótica cumbre del eurogrupo
Los intereses de los bonos españoles e italianos han vuelto a...
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Por Joshua Chaffin en Bruselas
Los intereses de los bonos españoles e italianos han vuelto a niveles peligrosos, en medio de nuevas dudas sobre el supuesto éxito de la cumbre de la UE del 29 de junio y las reacciones políticas en algunos de los países del norte del bloque.
El cambio de clima sugiere que el alivio desatado en los mercados europeos en vísperas de la cumbre puede haber sido fugaz.
El interés del bono español a 10 años superó el 7% el viernes antes de cerrar en 6,97%. Los rendimientos italianos alcanzaron 6,02%.
Se ha configurado un escenario para una reunión potencialmente caótica de los ministros de Finanzas de la eurozona hoy en Bruselas, en la cual buscarán acordar los términos del rescate de hasta 100.000 millones de euros para que España recapitalice sus aproblemados bancos.
También discutirán el rescate de Chipre, que la semana pasada asumió la presidencia rotativa de la UE, y recibirán un informe del nuevo ministro de Finanzas griego sobre los esfuerzos para volver a impulsar su programa de reformas.
Las negociaciones se verán ensombrecidas por las dudas sobre los detalles del amplio acuerdo alcanzado por los jefes de gobierno en Bruselas hace diez días.
Los funcionarios de la eurozona han reconocido que la cumbre puede no haber logrado el corte definitivo entre los lazos de los debilitados bancos y los gobiernos nacionales que el acuerdo proclamó.
En lo que fue calificado de giro en la crisis, los líderes acordaron que el fondo de rescate europeo de 500.000 millones de euros podrá recapitalizar los bancos directamente, más que canalizar el dinero a través de gobiernos nacionales. Eso permitirá a los gobiernos ayudar a los bancos sin aumentar su propia deuda, resolviendo un problema que ha complicado a las autoridades.
Sobre todo España recibió garantías de que la política será aplicada retroactivamente, lo que permitirá a Madrid eliminar parte de su deuda cuando la recapitalización directa se materialice, tal vez en 2013.
Sin embargo, el viernes un alto funcionario de la eurozona indicó que incluso con esas recapitalizaciones, España y otros gobiernos nacionales requerirán garantías crediticias plenas.
Dichas garantías serán necesarias al menos hasta que los gobiernos de la eurozona hayan creado una verdadera unión bancaria, afirmó, un proyecto que tomará algunos años, por lo menos. “Hay un cierto grado de mistificación aquí”, dijo el alto funcionario.
En otro potencial golpe al acuerdo, Holanda y Finlandia han rechazado que los fondos de rescate sean liberados para intervenir en el mercado secundario, comprar bonos de gobiernos en apuros y bajar sus costos de financiamiento.
Mario Monti, el primer ministro de Italia, había promocionado eso como una gran victoria en las postrimerías de la cumbre. Sin embargo, los gobiernos del norte insisten en que dichas intervenciones sólo ocurrirán en situaciones de emergencia, y bajo estrictas condiciones.
“Es un poco cómico que Monti ande por ahí diciendo que hubo una postura unánime sobre la intervención en los mercados secundarios, lo que es simplemente falso”, afirmó un diplomático finlandés.
Mark Rutte, el primer ministro holandés, señaló a los legisladores que en cualquier caso el fondo de rescate europeo (ESM) tiene fondos limitados para comprar bonos.
A medida que los gobiernos trabajan en los detalles del acuerdo, podrían ser golpeados por ataques de ambos lados del espectro político.
En una carta publicada la semana pasada, más de 160 académicos alemanas pidieron a la canciller alemana Angela Merkel rechazar toda concesión que aumente las obligaciones de los contribuyentes con los debilitados gobiernos de la periferia de la eurozona.
La carta instó a los votantes a presionar a Merkel y señaló que su decisión en la cumbre fue “equivocada”.