En 2024, Anastasia AI, una firma de soluciones con inteligencia artificial (IA) para industrias, fue seleccionada por la aceleradora de negocios estadounidense The Alchemist Accelerator. La startup fundada por Pablo Zegers, Andrés Valdivieso, Felipe Saxton y Ermilo Vázquez, llegó al programa con una “tecnología madura, probada e integrada con agentes inteligentes” -contó Valdivieso- y al estar en una etapa avanzada, optaron por crear una empresa desde cero con la mentoría de la aceleradora de San Francisco.
En 2025, Zegers, Valdivieso y el doctor en Ingeniería Mecánica, Eduardo Izquierdo, fundaron Kaspix en Palo Alto, California, con el objetivo de llevar inteligencia artificial a dispositivos físicos. Desarrollaron una tecnología para crear circuitos eléctricos analógicos integrados con IA que aplican en sensores de cualquier tipo, permitiendo que estos puedan procesar datos en terreno sin depender de chips digitales ni de conexión a la nube, a diferencia de uno tradicional, que luego de capturar los datos, los envía a la nube para ser procesados con IA.
Valdivieso explicó que estos dispositivos con IA embebida tampoco requieren silicio, ni transistores, y permiten “reducir costos, consumo energético y riesgos de seguridad”.
La tecnología apunta a un mercado global de 170 mil millones de sensores en automóviles, fábricas, hospitales, ciudades y otros, y “hoy menos del 1% incorpora IA”.
Los sensores son piezas clave en las industrias para monitorear equipos o comportamientos, ya que recolectan datos que luego son procesados con IA, y la información resultante posibilita mejorar la toma de decisiones.
La tecnología apunta a un mercado global de más de 170 mil millones de sensores integrados, en automóviles, fábricas, hospitales y ciudades, entre otros, de los cuales “menos del 1% incorpora hoy inteligencia artificial”, dijo Valdivieso.
En el equipo de investigación y desarrollo de Kaspix hay excolaboradores de grandes tecnológicas: un exinvestigador científico de Meta, Jorge Gómez; el inventor y exmiembro de HP en HP Labs, Will Allen; y el exvicepresidente de ecosistemas de Slack, Andy Pflaum.
Valdivieso explicó que el modelo de negocios se basa en el licenciamiento de los diseños para que los fabricantes integren esta “inteligencia embebida” en los sensores, en lugar de hacerlo directamente. Esto permite escalar la tecnología sin requerir grandes inversiones en infraestructura y facilita la adopción en distintos sectores industriales.
Circuitos análogos con IA
Valdivieso explicó que la base teórica de la IA física se inspira en Claude Shannon, quien demostró que era posible transmitir señales fiables a través de canales ruidosos. En el caso de los sensores tradicionales, estos no pueden ejecutar IA de forma “fiable” debido a que el ruido distorsiona la señal y obliga a las compañías a depender de “chips digitales costosos y de alto consumo energético”.
Para abordar este problema, crearon un software capaz de traducir un modelo de lenguaje y embeberlo en circuitos eléctricos que luego se integran en los sensores. Así, la tecnología analógica puede prosperar en el ruido y permite que estos dispositivos procesen información de “forma precisa, incluso en condiciones de interferencia o señales inestables”, dijo.
Los sensores inteligentes pueden ejecutar tareas cognitivas -como reconocimiento de patrones o predicción- directamente en el punto de captura de datos en terreno, sin requerir conexión a la nube.
Actualmente, Kaspix está trabajando con dos design partners (socios de diseño) internacionales en las industrias automotriz y energética, y está realizando pruebas de la tecnología en vehículos, ductos industriales, paneles solares y drones.
Por ejemplo, están testeando neumáticos de automóviles capaces de monitorearse por sí solos; paneles solares que optimizan su rendimiento sin necesidad de nube; y en sistemas de tuberías, donde la tecnología permite desplegar sensores cada 100 metros, “multiplicando la cobertura por 10”, afirmó Valdivieso.
Planes y filial en Chile
En una segunda etapa, el plan contempla desarrollar un marketplace para acceder a distintos modelos de IA -como predicción de fallas o clasificación de anomalías- los que luego se traducen en circuitos analógicos para aplicaciones específicas, bajo un esquema de regalías por uso.
La compañía mantendrá su centro de operaciones en Palo Alto, pero establecerá en Chile una subsidiaria donde se concentrará parte del equipo técnico y se orientará a la formación de talento.
“Todos los socios de Anastasia participan en este nuevo proyecto, junto con colaboradores especializados, y uno podría preguntarse de dónde saldrá el talento para un desafío tan singular. En Chile existe una gran reserva de ingenieros y científicos de alto nivel, y dado que el enfoque de Kaspix es tan innovador, no hay expertos formados en ninguna parte del mundo. Por eso, el equipo se formará desde cero, liderando un campo completamente nuevo dentro de la inteligencia artificial (en el mundo físico)”, dijo.