Rosita Lira es una de las directoras de la galería Artespacio y por lo tanto una de las afectadas por la eventual construcción de Zoccalo. “Estamos trabajando por el bien del barrio. Llevamos 27 años aquí y no queremos que se vaya a pique”, afirma la galerista.
Hace énfasis en la inmensa congestión que podría generar y señala que aunque la concesionaria sostenga que no es un mall, sus características hacen suponer un flujo de personas mayor a la cantidad de estacionamientos proyectados. Agrega que según expertos la construcción podría tomar más de tres años, lo que paralizaría la actividad de “un barrio consolidado donde hay arte, diseño, moda, decoración y gastronomía”.
Lira reclama que no existió consulta ciudadana en su momento y que el municipio -tanto el alcalde Torrealba como otros funcionarios- no fue claro sobre los detalles al ser consultados. Menciona también el impacto medioambiental derivado de la construcción y el retiro de árboles. “En este momento estamos conversando y reflexionando, pero no nos vamos a quedar de brazos cruzados. Hay que hacer entender a los vecinos sobre la gravedad de este proyecto”, concluye.
Otra de las primeras llegadas a la zona, hace casi tres décadas, es la galerista Isabel Aninat, quien señala que fueron las galerías de arte las que activaron ese barrio, y que luego se sumaron las marcas de lujo y los restaurantes.
Tanto Aninat como su hija y socia Javiera García-Huidobro, afirman que les gustaría saber más del proyecto y cómo se justifican los locales comerciales que se sumaron a la propuesta original de estacionamientos subterráneos.