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Ángela Jeria, la política. La trastienda del respaldo a Guillier

Las razones de la madre de Bachelet para apoyar a Guillier se encuentran en su propia biografía

Por: ROCíO MONTES | Publicado: Viernes 28 de julio de 2017 a las 04:00 hrs.
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A los casi 91 años, que cumplirá próximamente, la madre de Michelle Bachelet sigue siendo la mujer de izquierda que fue desde su juventud. De tener que encasillarla en algún partido, por sus ideas probablemente estaría cerca del Comunista, una colectividad que aprecia y donde tiene grandes amigos. Pero prefirió nunca militar en alguna colectividad: Ángela Jeria está fuertemente marcada por su propio padre, Máximo Jeria Johnson, libertario como su amigo Manuel Rojas, el famoso escritor. No cree en encasillarse.

El pasado martes adhirió públicamente a la candidatura del senador Alejandro Guillier y su decisión –evidentemente– fue uno de los hechos políticos de la semana. Su decisión fue interpretada por unos y otros –como era esperable– como una señal de La Moneda. En la firma de Jeria a favor de Guillier –se sospechó– se hallaría implícito el mensaje de que la propia Bachelet y su gobierno apuestan por la candidatura del candidato PS-PPD-PC-PR. Aunque el sentido común indica que Bachelet está con Guillier y no con Carolina Goic –¿por quién podría votar la mandataria sino por el candidato de la coalición que la respalda y pretende seguir con sus reformas?–, convendría hacer algunas precisiones respecto de la decisión de Ángela Jeria.

De partida –como ha ocurrido en varias otras ocasiones, como cuando se refirió con aprecio a Alemania Oriental–, Jeria no pidió permiso ni avisó a su hija ni al Ejecutivo para actuar. De hecho, la adhesión a la candidatura de Guilllier tomó por sorpresa a La Moneda. Totalmente lúcida y autónoma, informada en detalle de la actualidad –a diario lee toda la prensa a primera hora–, hace algunas semanas decidió firmar para que Guillier pueda convertirse formalmente en candidato independiente. Se lo comentó en un almuerzo a su amigo Isidro Solís, representante de la familia en el juicio por la muerte del general Bachelet y miembro de comité político estratégico del comando de Guillier. El exministro y vicepresidente del Partido Radical sirvió de enlace.

Luego de algunas gestiones internas lideradas por el coordinador general de la campaña, Osvaldo Correa, la vocera Karol Cariola se comunicó telefónicamente con la madre de Bachelet y afinaron los detalles. Se conocían de los tiempos en que la diputada era secretaria general de la JJCC, porque Ángela Jeria suele ser una de las invitadas estables de las actividades importantes del partido, como los aniversarios. El comando había programado que el candidato estuviera presente en la actividad de la notaría en Providencia, pero un resfrío fuerte se lo impidió y Jeria llegó acompañada de su amigo Isidro Solís.

De no conocer el perfil de la madre de Bachelet resultaría difícil imaginar que la Presidenta no estuviera informada de la firma pública a favor de la campaña de Guillier, pero Jeria tiene posición política propia y su independencia respecto del cargo de su hija la aleja de alguna forma de los patrones clásicos de las mujeres de 90 y tantos años. Su relación con La Moneda se limitaría en esta Administración a intercambiar la correspondencia que le llega a Palacio, y poco más. Esta familia, por otra parte, tiene un elevado sentido de la autonomía, por lo que no resulta extraño que la presidenta no se haya enterado previamente de la adhesión de su madre a la campaña de Guillier.

A su vez, como queda claro con la secuencia de los hechos, tampoco se trató de una operación nacida en el seno del comando.

“Cuando a él lo nombran candidato de la Nueva Mayoría, me di cuenta de que era la persona que yo debía apoyar, porque dice que él va a profundizar las reformas que ha hecho el gobierno de la presidenta Bachelet”, señaló Jeria el martes pasado luego de formalizar su apoyo al senador por Antofagasta.

Sus declaraciones encierran varias historias

Ángela Jeria proviene de una familia progresista y por su influencia –no tanto por la del general Bachelet–, la presidenta creció en un ambiente de izquierda y comenzó a militar en la Juventud Socialista apenas ingresó a Medicina.

Siendo mujer de uniformado rompió la tradición y siempre trabajó fuera de la casa, en la FACH se conocían sus ideas. Tuvo puestos altos como funcionaria de la Universidad de Chile, donde estuvo en contacto cercano con la intelectualidad de este país en plena reforma universitaria de los 60. A los 43 años empezó a estudiar Arqueología en el Pedagógico, desde donde apoyó al gobierno de la UP y vivió el golpe, que trizaría por muchos años la relación entre el centro y la izquierda en Chile. Luego, la historia conocida…

La muerte de su marido en marzo de 1974, la detención en Villa Grimaldi, el exilio en la RDA y en Estados Unidos, el retorno a Chile en 1979 y la lucha contra el régimen desde las organizaciones de Derechos Humanos. Durante todas estas décadas, era Ángela Jeria –no Michelle Bachelet– la que tenía un papel de mayor protagonismo. Los roles se comenzaron a invertir recién en los años 90, cuando Jeria abandonó su sueño de titularse de arqueóloga –sus estudios habían quedado truncados con el golpe–, y se dedicó a ayudar a su hija con la crianza de los nietos. Bachelet comenzó a formarse en materias de Defensa y en 2000 fue nombrada ministra de Salud del gobierno de Lagos.

“Él pertenece a mi mundo y yo al de él”, señaló Jeria el martes en referencia a Guillier, porque ciertamente es así.

Jeria votó No en el plebiscito de 1988 y luego por todos los candidatos presidenciales de la Concertación y Nueva Mayoría. Existen ciertas dudas sobre su elección en 1993, porque mucha gente de izquierda que había apoyado a Patricio Aylwin en 1989 para lograr sacar a Pinochet no estaba dispuesta a darle el voto nuevamente a un demócratacristiano. Pero, en cualquier caso, fue público que hizo campaña por el mismo Frei en 2009-2010. La madre de Bachelet parece tener sentido de responsabilidad política y mirar de manera crítica determinadas aventuras como la de Marco Enríquez-Ominami en 2009 –nieto de una de sus mejores amigas, Edith Pascual de Ominami–, por lo que Guillier se transformó en su candidato en el mismo momento en que una buena parte del oficialismo lo eligió como su abanderado.

A Guillier no lo conocía previamente, salvo por la televisión, sino hasta 2013. En esa época, con Bachelet en una popularidad en el cielo, Jeria se transformó en una de las figuras requeridas por los candidatos de centroizquierda al Parlamento. Haciendo campaña por su hija en todo Chile, conoció al periodista que postulaba a la Cámara Alta por la circunscripción de Antofagasta. “Honra nuestra candidatura”, escribió un agradecido Alejandro Guillier por Twitter luego de que Jeria formalizara este martes su respaldo.

Existe un lazo adicional que ha sido obviado. Además de ser el candidato de buena parte de la Nueva Mayoría y el único que ha optado por el continuismo respecto de las reformas del actual gobierno, los une la masonería. Tanto el padre de Ángela Jeria como su marido pertenecieron a la Gran Logia, una organización que ella estima. No es extraño que en las ceremonias que se realizan en el Cementerio General cada 12 de marzo en recuerdo del general Bachelet asistan miembros destacados y el Gran Maestro, el exrector de la Universidad de Chile, Luis Riveros.

Dicen que a Carolina Goic no la conoce personalmente, pero que la valora. La posición de la DC en estos últimos meses y su distanciamiento del gobierno, sin embargo, no ha sido bien visto por el círculo político y personal de la mandataria. Los democratacristianos resintieron el golpe de Jeria esta semana, justamente cuando su candidatura presidencial enfrenta guerras intestinas a días de la Junta Nacional y cuando el resto de la Nueva Mayoría le dio vuelta la espalda a un pacto parlamentario común.

“Yo esperaría absoluta neutralidad en el gobierno, la presidenta es patrimonio de toda la Nueva Mayoría”, señaló el diputado Gabriel Silber. Pero sinceramente, ¿alguien pretende que una mujer con la biografía de Jeria apoye a un democratacristiano en vez del candidato de la coalición que sostiene la Administración de su hija?

A raíz del caso Caval y en un exceso de celo para que no pudieran atacar de ninguna forma al Ejecutivo, decidió renunciar a los cargos directivos de dos instituciones en las que colaboraba hace tiempo: la Comisión Chilena de Derechos Humanos, donde trabajó en los 80, y la Fundación Escritor Manuel Rojas. Trata de mantenerse al margen de La Moneda y solo acompaña a su hija en actos protocolares como el discurso ante el Congreso, como lo hizo el pasado 1 de junio. Esta distancia, en definitiva, le permite tomar opciones con independencia, que defiende con decisión. Porque aunque evidentemente apoya a esta Administración y su camino de reformas, no parece ser obsecuente: en ocasiones, tiene juicios críticos sobre algunos procesos y personajes del oficialismo.

Ángela Jeria, desde la segunda línea, es una mujer política. No hay ingenuidad en sus actos. Lo demostró esta semana –una vez más– con la firma de apoyo a Guillier.

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