Las Cuentas Nacionales divulgadas en el día de hoy por el Banco Central mostraron que el crecimiento interanual del PIB del tercer trimestre fue de 1,3% real, el más bajo del año, y ratificaron una expansión de 2,1% en 2015 y de 1,9% para 2014.
De esta forma, al cierre del año 2015 se completa un período de ocho trimestres consecutivos en que el PIB ha tenido una expansión inferior a 2,8%.
Revisión de las cifras ratifica que la desaceleración económica ha sido profunda. Junto con divulgar los nuevos antecedentes para el cuarto trimestre del año, se entregó una versión revisada del crecimiento de los meses previos, la que da cuenta de que el crecimiento del primer semestre fue superior al inicialmente estimado, de 2,4% en lugar de 2,2% y el del segundo, menor, de 1,7% en lugar de 1,9%. El cuarto trimestre en particular resultó inferior al 1,5% que se infería del Imacec, llegando a 1,3%, lo que frenó el mayor impulso insinuado por el 2,2% del trimestre precedente. Esto deja en evidencia que la pérdida de fuerza que tuvo la economía chilena a lo largo de 2015 fue más acentuada de lo previsto.
El estado de debilidad de la economía atraviesa tanto el consumo como la inversión. El análisis detallado de las cifras de consumo e inversión del cuarto trimestre muestra un estado de gran debilidad en la economía, defraudando las estimaciones preliminares. La inversión tuvo un descenso de 1,3%, debido fundamentalmente a la caída de 8,4% que registró la inversión en maquinarias y equipos, en un contexto de mayores niveles de precios por el alza del tipo de cambio. La inversión en construcción y otras obras, que se vio beneficiada en 2015 por una política fiscal expansiva y los cambios de la reforma tributaria que afectan el mercado inmobiliario, también tuvo también una expansión por debajo de nuestras previsiones (2,6% en lugar de 4%), impidiendo ver resultados en azul para 2015.
El consumo de los hogares, por su parte, tuvo un escuálido crecimiento de 1,1%, que representa un mínimo no observado desde 2009. El consumo de bienes no durables, que representa aproximadamente el 80% del consumo de bienes, tuvo un alza de apenas 0,7%, en un contexto de freno en el crecimiento de la masa salarial. El consumo de bienes durables, de carácter fuertemente pro cíclico, se mantuvo muy restringido, con un alza de sólo 1,9%.
El gasto de Gobierno, por su parte, fue el que imprimió cierto dinamismo al gasto total, al expandirse en 4,9% en el último trimestre del año. Sin embargo, al ser comparado con los trimestres anteriores, se advierte que siguió el tenor del resto de la economía. En los dos trimestres previos, el gasto de Gobierno tuvo un alza de 7,8% (tercero) y 5,6% (segundo).
Exportaciones siguen contrayéndose. El frente exportador se mantuvo débil, sin escapar a las cifras negativas que ha presentado a lo largo de los últimos tres trimestres. En doce meses presentó una caída de 0,9%, la que responde principalmente al retroceso de las exportaciones industriales (-7,5%). Durante los dos trimestres precedentes las exportaciones cayeron en -8,5%. Las exportaciones de cobre, en particular, crecieron en 3,2%.
En resumen, los antecedentes de cuentas nacionales muestran un panorama de extrema debilidad en la economía chilena. El consumo está prácticamente detenido, mostrando su peor desempeño desde 2009, la inversión en maquinaria y equipo sigue en su fase contractiva, determinando un descenso en la inversión por segundo año consecutivo. El frente externo no ha podido materializar los beneficios de un mayor tipo de cambio, puesto que se mantiene en contracción, en un contexto de debilidad en la economía mundial y regional.