UDI: el golpe de los “coroneles” para lograr unidad e influir en La Moneda
Los síntomas de dedorden, como la poca influencia en el gobierno impulsó a los líderes históricos a recuperar su poder, aunque sin destronar a Coloma.
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En medio de la compleja situación que enfrenta la UDI, donde lo más sintomático es que la dirigencia no ha logrado siquiera alinear a todos sus diputados para que rechacen la acusación constitucional en contra de la intendenta Jacqueline Van Rysselbergue, ni menos conseguir el respaldo de sus aliados de RN, el grupo de los llamados coroneles se apresta a retomar el control del partido.
Fueron precisamente las diferencias que quedaron al descubierto entre los líderes históricos cuando explotó este caso, lo que los impulsó a reflexionar en cuanto a que no podían ser ellos los responsables de una crisis partidaria, sino por el contrario, eran los llamados a buscar las formas para impedirla, sobre todo si su intención es conseguir la influencia en el gobierno que ellos mismos reclaman.
Con ese fin, los coroneles decidieron iniciar una nueva etapa este año 2011 tendiente a fortalecer a la colectividad, para lo que adoptaron dos medidas que pueden resultar significativas. La primera es la elaboración de un documento con los lineamientos del partido que le dé coherencia a sus propósitos, mientras paralelamente se acordó nominar a Pablo Longueira como jefe de los senadores de su partido.
Tanto las nuevas pautas que fijará la UDI para encarar el próximo período, como la decisión de que el emblemático parlamentario asuma un papel más protagónico, tienen como finalidad suplir las deficiencias internas que se han suscitado en el último tiempo, como asimismo lograr una influencia en el gobierno que le dé contenido político a sus acciones, donde perciben un déficit que podría impedir la continuidad de la actual coalición en el poder.
Las crisis de los coroneles
La operación para que los coroneles retomen el poder comenzó a digitarse cuando detonó la crisis al interior precisamente de ese grupo, luego de que asumieran las debilidades de la conducción de uno de ellos, como es el senador Juan Antonio Coloma.
Pese a reconocer el difícil papel que le ha tocado, teniendo en cuenta la poca importancia que le da el Presidente Sebastián Piñera a la participación de los partidos en su gestión, no es argumento suficiente para neutralizar las críticas que se arrastran desde la instalación del gobierno, por la actitud poco firme que ha mostrado para lograr más influencia de la UDI en la toma de decisiones.
Con el cuestionamiento latente de que ha focalizado su preocupación en solucionar problemas internos, en lugar ejercer autoridad o tratar de instalar a alguien destacado en las instancias de poder, el problema estalló con inusitada fuerza a partir del último cambio de gabinete.
En esa oportunidad, no sólo no logró que se nominara a un representante genuino de la UDI, como Longueira --que era la carta, sobre todo si ingresaba al senador Andrés Allamand-- al que ni siquiera propuso, sino que tampoco se jugó para que el senador Andrés Chadwick asumiera como Secretario General de Gobierno, porque luego de que el Presidente le ofreciera el cargo, pero a condición de que se nombrara a la ministra Ena Von Baer senadora en reemplazo de Evelyn Matthei, Coloma no tomó esta última decisión.
Ese comportamiento, que además debilitó su liderazgo en las filas del partido, fue seguido de otras actitudes que acrecentaron el distanciamiento con el resto de los coroneles, como la forma en que realizó los reemplazos de los parlamentarios que debieron hacerse tras la vacante de Matthei, donde se le criticó no haber actuado con la suficiente decisión ni prontitud, aparte de herir a figuras importantes, entre ellas al histórico senador Jovino Novoa, por no considerar a sus postulantes.
Esos días de máxima tensión interna culminaron con las críticas a la manera en que Coloma manejó el caso Van Rysselbergue, donde aseguran que Piñera se mostró dispuesto a mantenerla en el cargo a cambio de que la UDI no presionara ni hiciera ruido, condición que Coloma no cumplió con el argumento de la presión de las bases.
Fue tras esa situación, que no sólo fue criticada públicamente por personeros como Chadwick, sino que incluso generó un problema adicional al aparecer al lado de la intendenta en el conflicto que ésta generó con la ministra de Vivienda, Magdalena Matte –también UDI-- cuando los coroneles asumieron que no tenían más opciones que dar el golpe.
Longueira a la cancha
Contrariamente a la sensación que existía en la UDI de que había llegado el momento de que los líderes históricos dieran paso a las nuevas generaciones, el sentir que se instaló en el último tiempo fue que sólo los coroneles serían capaces de restablecer el orden interno, además de lograr la influencia que consideran que el partido debe tener en el gobierno.
Claro que como una de las condiciones planteadas por quienes pedían que recobraran su poder era que actuaran de manera unida y coordinada, en la operación en que decidieron tomar el control partidario, en ningún momento se pensó reemplazar a Coloma, sino que el resto del grupo compuesto por los senadores Jovino Novoa, Andrés Chadwick y Pablo Longueira, asumiera una tarea de contrapeso para fortalecer la conducción partidaria.
Es en ese contexto que los cuatro coroneles optan por la elaboración del documento que están trabajando de manera conjunta, donde pretenden plasmar, en síntesis, las ideas tendientes a transformar a la UDI en el partido eje del actual gobierno.
Con ese propósito, en lo concreto la principal decisión que se adoptó fue la nominación de Longueira como jefe de los senadores, un cargo que en sí mismo podría no tener especial trascendencia, pero que en este caso se pensó para que ocurriera lo contrario.
Tanto es así, que quienes idearon la fórmula lo hicieron teniendo en cuenta que desde ese cargo, el parlamentario podrá ejercer con más fuerza su liderazgo interno, porque le permite participar en la directiva como en otras instancias partidarias de las que estaba marginado, mientras además lo incorpora al comité político de La Moneda, lo que le abre la posibilidad de influir en la toma de decisiones del gobierno.
Como una de las carencias que el propio Longueira reconoció a DF, es el insuficiente papel que han jugado los partidos frente al gobierno, las expectativas en la UDI -- como lo admite el senador Novoa—es que con su potencia pueda influir en la articulación política que requiere el Ejecutivo para darle sentido a lo que se está realizando, especialmente en un período que espera realizar importantes reformas.
Con este golpe de los coroneles, la esperanza en el resto de la UDI --como la potente bancada de diputados-- es que primero le den la gobernabilidad al partido que ha aparecido amenazada con actitudes díscolas, como las en estos días han mostrado quienes se resisten a rechazar la acusación constitucional contra Van Rysselbergue. Eso en lo interno, mientras simultáneamente aspiran que con su experiencia, tengan la fuerza suficiente para ser un aporte en la conducción política de la que consideran que el gobierno carece.
En esa línea, parten de la base que con los cuatro coroneles actuando unidos, pero especialmente con la incorporación de Longueira al comité político –al que además podrá asistir Chadwick como sub jefe de bancada—la UDI tiene posibilidades de conseguir el protagonismo que aspira a tener en el gobierno, e impedir que éste se meta autogoles por no minimizar la mirada política de su gestión.