“Éste ha sido un excelente gobierno, no querido”

- ¿Es éste un gobierno de centroderecha?
- Álvaro Vargas Llosa decía que a este gobierno se le iba asociar más a la centro izquierda y estoy muy de acuerdo con él en el sentido que muchas medidas implementadas, como el ataque a la pobreza extrema a través del salario ético, el post natal y otras leyes sociales están identificadas con esa tendencia. Me alegro que Piñera las haya impulsado y lamento que a él se le achaquen muchos problemas como el de la educación que viene de muy lejos y que él recibió como herencia. En esto ha aportado mucho, pero como es empresario y de derecha, según una cierta retórica, es de los “malos” por lo que se le puede dar duro. En todo caso, si se comparan las reformas sociales de Bachelet con las de Piñera, éste es un gobierno casi socialista y realmente realizador, que le ha roto los esquemas a la izquierda que se sentía la única depositaria de solucionar los problemas sociales.
- ¿Se puede hacer un paralelo entre este gobierno y el de Suecia que también es de centro-derecha?
- El gran paralelo -aunque en Suecia fue mucho más buscado y consciente- es que la centroderecha entendió que la gente tenía una serie de valores social demócratas que no estaba dispuesta a abandonar y sus nuevos líderes, todos muy jóvenes y de clase media, se propusieron conquistar ese corazón social demócrata creando un proyecto que no amenazara “la zona central de la sociedad”, es decir, aquellos valores que constituyen la identidad de un pueblo son mayoritarios y sentidos, como la solidaridad social.

- ¿Y en Chile cuáles serían?
- Yo creo que habría que buscar esa “zona central”, lo que requiere trabajo, reflexión, análisis histórico, porque las cosas no pasan por casualidad en un país. En Chile, por ejemplo, la familia es muy importante, hay que ganar ese terreno, hacer cosas por ella, cambiar en parte su rol, modernizar el papel de las mujeres, abrir el concepto pero defendiéndola como base fundamental de la sociedad. Este es un terreno donde naturalmente la centroderecha debería ganar porque, a decir verdad, la izquierda tiene una actitud bastante poco clara al respecto. Lo otro es reivindicar el éxito económico y el trabajo como base del progreso.

- ¿Por qué pese a ese éxito Piñera no es valorado en las encuestas? 
- Hace falta un liderazgo que trascienda al gobierno técnico, que Bachelet lo transmite instintivamente con su forma de ser. Piñera tiene grandes méritos pero también evidentes limitaciones. Las acciones que emprende son muy buenas, pero le falta cercanía con la gente, identificarse con la señora Juanita, lograr que las personas sientan su presidencia como suya. Este ha sido un excelente gobierno, no querido, lo cual es una bendición porque podría haber sido muy querido, pero pésimo gobierno, como hemos tenido en Chile.



- ¿Y cómo percibes la posible llegada de Bachelet?


- Con la desafección existente por los partidos políticos -hecho preocupante porque crea un espacio para cualquier escenario-, Bachelet da un respiro y es casi una bendición, ya que puede dar 4 años más de una cierta continuidad, con las bases de un largo consenso. Debiera ser el espacio para replantearse cosas y generar liderazgos jóvenes, con credibilidad, menos tecnocráticos.