La Moneda monitorea de cerca disidencia de Renovación Nacional

Por Claudia Betancourt M.


Si bien los temas de la discusión presupuestaria y el reajuste salarial del sector público fueron parte de la agenda que se analizó en el tradicional Comité Político de los días lunes en La Moneda, la crisis interna de Renovación Nacional (RN) cruzó gran parte de la conversación.

Es que a tal punto ha escalado el tema, que el gobierno decidió monitorear de cerca la secuencia de hechos y el rumbo político que ha ido tomando. Sobre todo cuando autoridades de Palacio como la asesora directa del mandatario, María Luisa Brahm y el subsecretario del Interior, Rodrigo Ubilla, han participado en varios de los encuentros organizados por el llamado grupo disidente.

Aunque algunos dirigentes de RN -como Daniel Platovsky- han negado públicamente la posibilidad de crear un nuevo referente político luego de las tensiones entre la mesa de la tienda de Antonio Varas y este grupo, lo cierto que desde hace un par de semanas ya estaría inscrito el nuevo partido “Renovación Liberal“.

Así las cosas, las preocupaciones del gobierno, de que al interior de RN se produjera un quiebre de proporciones, activó intensas reuniones con el fin de “dilatar” al máximo, la concreción de ese nuevo referente político de centro-derecha. En especial en semanas que han estado marcadas por un intenso debate del erario público para el próximo año.


Repercusiones del quiebre


Los temores del gobierno se basan en la partida o más bien la “fuga” de alcaldes -como Felipe Guevara de Lo Barnechea- y de parlamentarios, quienes han manifestado abiertamente sus críticas a la conducción del presidente de la colectividad, Carlos Larraín.

De hecho, de producirse la salida, por ejemplo, de diputados como Karla Rubilar, Pedro Browne, Joaquín Godoy; y los senadores Lily Pérez, Antonio Horvath y Alberto Espina, se prevé un verdadero “terremoto“ al interior de las bancadas de RN dejándolos en claro desmedro frente sus socios de la UDI.

No es casual entonces que tanto Brahm como Ubilla, entre otros personeros de gobierno, se hayan hecho presentes en las reuniones de la disidencia.

Con todo, desde el gobierno se reconoce la idea que al interior de RN exista un espacio para el debate y así evitar un cisma que pondría en grave riesgo el equilibrio político de la alianza.

“El gobierno ha enviado señales para que se genere un debate sin quiebre”, afirma una fuente ligada a las negociaciones internas. Lo peor que pueda pasar, según agrega la misma fuente, es que en las próximas elecciones municipales, la derecha aparezca compitiendo a tres bandas y Renovación Nacional pueda debilitar aún más su base políticas en las municipales.




Debajo de la mesa


Con el fin de “acercar posiciones”, la semana pasada la mesa de RN invitó a la disidencia a una reunión que se realizaría ayer, en un principio en la sede del partido, la que finalmente no se concretó. El hecho de inmediato fue calificado como un “portazo” por el secretario general de la tienda, Mario Desbordes, quien añadió que “hay que evaluar si uno vuelve a invitar“.

Por su parte, a la salida del Comité Político, Lily Pérez fustigó que “una vez más, el voto político del Consejo de RN fue para rayarle la pintura al presidente Piñera y al gobierno”. Posteriormente, subió hasta el despacho del mandatario para sostener una cita de carácter privado del cual se retiró en absoluto silencio.

En tanto, antes del mediodía de hoy, el vocero Andrés Chadwick recibirá a Daniel Platovsky ocasión en la que no se descarta que se analice la crisis de RN en profundidad.