Indultos: sin discriminación

- ¿Por qué se percibe una dureza especial contra los militares vinculados a causas de derechos humanos?


- Me permito cuestionar esa mirada y preguntar en qué se ha expresado. Enfrentados a la petición de indulto de la Iglesia el presidente tomó la decisión de no acoger la llamada general, lo que afectó a todos por igual. Por otra parte, entendemos la institución del indulto particular como algo excepcional. Dicho esto, no andamos empeñados en marginar, segregar ni estigmatizar a los militares, más allá de las condenas que les toca. Tanto, que dentro del plan sobre uso racional de la cárcel, lo que empujamos fue una legislación destinada a que tanto civiles como militares de más de 80 años o enfermos terminales pudieran terminar de cumplir sus condenas en la casa. El problema surgió cuando vimos que no había consenso político para ello de parte de algunos miembros de la Concertación, lo que nos llevó a postergar su presentación.



- Sin embargo, algunos percibieron que no hubo coraje para enfrentar la situación


- Estoy consciente que las críticas a mi conducta. Pero no puedo hacerme cargo de las expectativas de algunos círculos, sino de lo que creo le corresponde al ministro de Justicia. En ese contexto, hemos dado indultos particulares mínimos, dos o tres, en situaciones excepcionales. Esa va ser la política. En su momento definimos que este gobierno no va a indultar a personas que hayan cometido violaciones a los derechos humanos, actos terroristas, abusos sexuales en contra de menores y otros delitos graves. Es primera vez que un gobierno señala con transparencia cómo va a ejercer esta facultad excepcional.