Por M. Helguero / A. Chávez
“Revuelto”. Esa es la palabra que describe el escenario interno del Partido Regionalista Independiente (PRI) refundado por el ex presidente de la Democracia Cristiana y actual embajador en Argentina, Adolfo Zaldívar. Es que aún cuando la tienda ha cumplido un rol determinante en el Congreso, inclinando la balanza en favor o en contra del gobierno a la hora de las votaciones de proyectos emblemáticos, hoy pasan un difícil momento: ratificar si quieren seguir siendo una colectividad de “centro”, o bien acercarse a la Alianza o la Concertación.
Esta disyuntiva es la que tiene enfrentados a dirigentes y militantes. Para resolver el entuerto se auto-convocó para este 24 de septiembre el Consejo General desde donde aseguran que llegó el momento de tomar decisiones.
Quienes respaldaron la idea de citar a la instancia resolutiva, advierten que la ocasión también apunta a transformarse en un profundo llamado de atención al actual timonel de la tienda, diputado Pedro Araya, a quien cuestionan por inclinarse cada vez más hacia la oposición, alejándose del centro y la independencia de los grandes bloques políticos, lo que fue una de las banderas que dio origen a la colectividad.
Dicho proceder, que ha sido apoyado por la diputada por la VI Región, Alejandra Sepúlveda, les ha significado a ambos distanciarse de Zaldívar, quien a la fecha había sido su mentor, tanto así que lo siguieron cuando éste fue expulsado de las filas de la DC tras décadas de militancia.
Ambos parlamentarios, en tanto, estarían en “una etapa de reflexión” evaluando su permanencia en las filas del PRI, dicen cercanos, pues no estarían dispuestos a perder esa independencia que les ha permitido hacer valer los dos votos que representan en el Congreso.
Ello mientras un sector de la colectividad está analizando sellar “un pacto por omisión” con la Alianza, lo que -a su juicio- les abriría la posibilidad de enfrentar en mejor pie las municipales de 2012 y así aspirar a mantener aquellas alcaldías que ya dirigen y donde su principal competidor es la Concertación. Desde el lado de los parlamentarios la respuesta ante tal planteamiento no se hizo esperar y exigen que dado que el partido tiene el carácter de independiente, aquellos dirigentes que tengan un puesto en el gobierno dejen sus cargos directivos.
Fuego cruzado
Consultado por su asistencia al Consejo, el diputado Pedro Araya confirma que está evaluando su participación en la instancia y que mientras no reciba una notificación formal no tomará ninguna decisión. Aunque sus cercanos ya se encuentran pavimentándole el camino para salir airoso de este episodio, incluso trascendió que el ex PRI, Jaime Mulet, también está llamando a sus vínculos en la tienda para que respalden a los diputados, una movida que para muchos es interpretada como la pasada de cuenta a Zaldívar y con quien mantiene una disputa hasta hoy.
Del sector de los críticos a Araya, lo acusan de actuar “con autonomía y sin consultar” ni las bases ni a la instancia resolutiva de la tienda. Es más dicen que ya estaría negociando un pacto con los radicales para armar una lista de concejales.
Sobre la amenaza de los parlamentarios de irse de la tienda, el actual dirigente y a quien se le sindica como el más cercano a Zaldívar, Eduardo Salas, afirma que “en ninguna parte del mundo se puede hipotecar el destino de un partido por dos diputados”. Salas es actualmente asesor de la Segpres.
El silencio del colorín
En la colectividad están conscientes que dado el cargo diplomático que ostenta el líder de la tienda, éste no se pude pronunciar sobre la contingencia política interna. Aunque tendría contacto permanente con sus seguidores al interior de la tienda.
Es más cuentan que esta encrucijada lo tendría “incómodo”, por la cercanía que los diputados Araya y Sepúlveda tendrían con la Concertación. De hecho, sabría que Araya apoyaría una eventual respostulación de Michelle Bachelet.