Carlos Massad y reforma tributaria: “¿Por qué no tratamos a las familias igual que a las empresas?”
El también ex ministro estima necesario hacer cambios reales y profundos si se va a hablar de una “reforma”.
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Muchos anuncios sin una especificación clara es lo que ha hecho el gobierno actual a los ojos del ex presidente del Banco Central, Carlos Massad, sobre todo en materia de una posible reforma tributaria. “Se habla de reforma tributaria pero no sabemos qué es. Lo único que sabemos es que algo va a pasar con las empresas, pero qué va a pasar, cómo va a pasar… es muy difícil evaluar qué significa eso y además promueve el pensamiento activo, con lo cual la imaginación se dispara”, critica.
- ¿Por qué pasa esto?
- Parte de eso se explica por el deseo de hacer las cosas mejor de lo que se han hecho siempre, en el sentido de tratar de planificar hasta el último detalle antes de avanzar en la solución. Eso es positivo desde un punto de vista técnico, pero no lo es tanto desde el punto de vista humano… Todo el mundo está esperando algo grande y reforma significa algo grande. Y, si lo único que pasa es que el impuesto a las empresas se mantiene en 20%, o cositas chicas, la gente va a estar frustrada porque va a decir “ésta no es reforma tributaria”.
- ¿En qué línea haría Ud. una reforma tributaria?
- Si hablamos de reforma tributaria yo pensaría lo siguiente: por qué no tratamos a las familias de la misma manera en que se trata a las empresas. Por ejemplo, las empresas descuentan los gastos en la reparación de la maquinaria, por qué no podemos descontar los gastos de salud de las personas, que son la reparación de la maquinaria (...) Aquí hay un trato completamente distinto entre personas y familias. Eso sí que sería reforma, e implicaría aumentar fuertemente algunos impuestos, mientras que otros se disminuyen también fuertemente.
- ¿Es el momento para una reforma tributaria?
- Cualquier momento en el cual sea necesario aumentar la presencia pública en la economía, una reforma tributaria es necesaria.
- ¿Y hay que hacerlo?
- Creo que hay demandas sociales muy fuertes ahora y para qué hablar en educación, significan gastos importantes, en salud, el post natal (...) gastos permanentes y por lo tanto, se necesitan ingresos permanentes. Eso significa modificación tributaria, no sé si reforma, que es una palabra un poquito rimbombante. Pero una modificación tributaria, sin duda, hay que aumentar la recaudación de impuestos para poder enfrentar gastos mayores.
- ¿Le parece que las empresas pagan poco impuesto?
- Yo creo que la economía en general, paga poco impuesto. Lo que pasa es que los impuestos de las empresas al final lo pagan las personas. Porque básicamente se pagan impuestos cuando se retiran utilidades de las empresas y se descuenta el 20% que ya se pagó sobre las utilidades.
Entonces, de hecho los impuestos los están pagando las personas.
El IVA al final las empresas lo descuentan, las únicas que no lo descuentan son las personas, al final el impuesto lo están pagando siempre las personas. Ahí hay un tema que tratar: por lo menos en términos de equilibrio tributario, de ver si no hay gastos de la familia que son gastos necesarios para producir el trabajo que la familia ofrece a la economía.
Crecimiento de chile
Para Massad, que el crecimiento de la economía chilena se haya mantenido alto, pese al cambio en la metodología de medición, hace necesario revisar las tasas de expansión potencial. “Creo que con la elevación de las cifras que muestra la corrección que se ha hecho, es muy probable que el producto potencial del país tienda a crecer un poquito (...) Pero probablemente, no tan altas como 6%; me parece es una tasa que puede darse durante algunos años, pero no es sostenible por períodos muy largos”, afirma.
Respecto de si el Banco Central se anticipó al bajar la tasa en enero aclara: “es muy fácil decirlo viendo los datos posteriores, pero con la información que había en ese momento, creo que el Banco Central hizo lo que tenía que hacer”. Agrega que si bien la situación en Europa no ha disminuido en gravedad, si ha reducido su urgencia y el problema todavía no está resuelto. Esto, podría significar para Chile “que en el futuro podemos tener algunos vaivenes (...) sorpresas ingratas en cualquier momento”, sentencia.