La historia muestra que la exPresidenta Michelle Bachelet inició su primer mandato en 2006 con un alto respaldo y tiempo para diseñar su gestión, pero en la segunda administración el período de gracia fue corto. En el caso de Sebastián Piñera, en su primer período, no tuvo meses de gracia debido al terremoto de 2010; y, en su regreso a La Moneda, el beneplácito fue breve en medio de las altas expectativas generadas en campaña. La experiencia de la actual administración de Gabriel Boric devela un debut algo turbulento en 2022, con falta de control de agenda.
Lo que viene
¿Qué sucederá en marzo de 2026? Para el analista y académico de la Universidad de Talca, Mauricio Morales, Jara y Kast “deberán evaluar hasta qué punto su coalición de Gobierno le es útil para avanzar sin grandes conflictos”. En la experiencia de la Nueva Mayoría, recordó, “la convivencia de la DC con el PC no es óptima, y lo mismo debiese suceder en la relación DC-FA”.
Por tanto, afirmó que “en sus primeros 100 días, con una calle igual de pacífica que ahora, Jara deberá demostrar el liderazgo para imponerse en una coalición que, al menos de acuerdo a la historia reciente, no ha dado muestras de disciplina. Por otro lado, y al igual que Kast, el Gobierno de Jara estará sometido al escrutinio público en materias de delincuencia, migración y economía”.
A juicio de la exdirectora de Secom y socia directora de Origen Consultores, Paula Walker, la instalación de los gobiernos “es el momento de mayor poder y, por ende, requiere de un buen diseño de instalación”, que integre distintos factores: la agenda presidencial y ministerial, las prioridades, hechos concretos y cómo administrar las promesas electorales y la contingencia, capacidades de equipos y el ritmo del Estado.
En el caso de que asuma Kast, opinó que “tendrá el desafío adicional de la impronta que tendrá su Gobierno con las y los funcionarios públicos”.
En este contexto, indicó que la fase de tregua política dependerá mucho del diseño inicial y su capacidad política, técnica y comunicacional. “Los hechos se desencadenan con mucha rapidez y, sin diseño, los errores propios o autogoles serán los que terminen esa luna de miel”, afirmó.
En su opinión, “cómo manejar las expectativas que crearon en la campaña es el mayor desafío, porque deberán ser un Gobierno que piensa y gestiona para todos quienes viven en el país y no solo para quienes votaron por el ganador o ganadora”.
La brecha del resultado
Para el director del Centro Democracia y Opinión Pública de la U. Central, Marco Moreno, “el tamaño de la brecha en el balotaje será decisivo para la instalación del próximo Gobierno. Si José Antonio Kast llega a La Moneda con un margen estrecho, enfrentará un Congreso fragmentado y una oposición que llegará cohesionada tras una campaña muy polarizada, lo que podría tensionar su arranque”.
En el caso de Jara, expresó que “una victoria ajustada abriría disputas internas en el oficialismo por el diseño del gabinete y por el rumbo programático, afectando su capacidad de ordenar la coalición. En ambos escenarios, la ‘luna de miel’ será breve: no más de 60 a 90 días, dada la crispación política actual”.
Moreno proyectó que “tras ese umbral, comenzará el verdadero test de gobernabilidad. Para Kast, los desafíos iniciales serán construir mayorías legislativas y moderar expectativas sobre seguridad y orden. Para Jara, contener presiones de su propia coalición, gestionar señales económicas claras y dar certezas sobre conducción política. La magnitud del triunfo no solo definirá quién gobierna, sino cuán gobernable será Chile desde el 11 de marzo”.
El cientista político de LyD, Jorge Ramírez, indicó que de ganar Kast en la medida que “logre apropiarse de manera sólida del eje orden y seguridad podría tener un clima de opinión favorable que le permita sustentar una instalación efectiva, que es lo que se conoce como “luna de miel”.
Si Jara se impone, expuso que “ella también deberá atender con especial interés los temas vinculados a la seguridad y la inmigración, porque la ciudadanía exigirá cambios en relación con el actual oficialismo”.
También precisó que “las señales económicas también serán relevantes, porque los mercados podrían tener una respuesta no del todo favorable a su elección, haciendo su proceso de instalación más complejo del que podría tener Kast”.
Para el analista y académico de la Universidad Autónoma, Tomás Duval, la luna de miel es cada vez más corta, porque “las principales promesas de campaña son la seguridad/migración, que deben tener políticas claras que sean percibidas por la ciudadanía”. Por lo demás, recordó que un 47% de la población no los escogió como primera opción ni a Jara ni a Kast.
“La instalación la percibo más compleja para un Gobierno de Kast que para Jara, dado que no solo hay que instalar equipos coherentes y consistentes, sino que conocer y adaptarse a las lógicas de la gestión pública; y ello puede afectar esta idea del Gobierno de emergencia que ha instalado la candidatura”.