Hoy se cumple exactamente un mes desde que el Banco Central entregó su último Informe de Política Monetaria (IPoM) de 2015, 30 días que no se han caracterizado precisamente por la calma en los mercados internacionales.
En el período, los precios de las materias primas continuaron a la baja, con un retroceso de 6,5% para el cobre y de 23% para el petróleo (WTI), mientras la volatilidad se ha tomado las bolsas ante las persistentes dudas sobre China.
En el plano interno, el crecimiento de apenas 1,8% que registró la actividad en noviembre decepcionó al mercado, mientras que la inflación terminó el año en línea con las expectativas del emisor, con un aumento de 4,4% en doce meses, nuevamente sobre el rango meta.
En este contexto, gran parte del mercado estima que el escenario base entregado en diciembre ya está “obsoleto” y necesita ajustes, especialmente en términos del rango de crecimiento del PIB proyectado este año, entre 2% y 3%.
Con los datos disponibles hasta el momento, los agentes prevén un ajuste a la baja de 25 o 50 puntos base, lo que se clarificará a medida que se conozcan los datos de actividad de diciembre y enero, previo a la entrega del reporte.
Los fundamentos
El economista de CorpResearch, Mauricio Carrasco, se inclina por un ajuste de 25 puntos. “Esto bajo un contexto de menor impulso externo, caída en el crecimiento global, menores precios de commodities”, argumenta.
Esta visión es compartida por Matías Madrid, de Banco Penta, quien considera que un aumento del PIB entre 2% a 3% “es algo optimista considerando el escenario externo”, y espera un ajuste a 1,75% - 2,75% en el reporte de marzo.
“Es evidente que el techo de 3% era difícil de alcanzar, era una mirada muy optimista”, señala el economista de Scotiabank, Benjamín Sierra, que espera un crecimiento de apenas 1,9% para este año y por lo mismo, prevé un recorte de 25 puntos.
Felipe Bravo, de Banco Santander, plantea que tomando en cuenta que 2% puede ser el techo del PIB para este año, el ajuste en la proyección del Central debería ser de “por lo menos” 50 puntos base. Banchile y BBVA también se inclinan por un nuevo rango entre 1,5% y 2,5% para el Producto este año.
Aunque son menos, también existen economistas que estiman que sería una “mala señal para el mercado” recortar la estimación del PIB en marzo. Paulina Yazigi, de Credicorp Capital, adhiere a esta postura, señalando que existe 70% de probabilidades que el Banco Central mantenga su pronóstico de crecimiento en el próximo IPoM.
“En junio, con más datos de Imacec podría haber un cambio, dependiendo como siga el precio del dólar y del cobre”, agrega Yazigi.
Miguel Ricaurte, economista jefe de Itaú Chile, comparte esta visión y cree que el ente rector mantendrá su estimación para el PIB entre 2% y 3%.
IPC y tasas: esperar y ver
Para la inflación, los analistas creen que el escenario aún es nebuloso para anticipar cambios, especialmente porque se debe determinar si la volatilidad externa -que ha llevado al dólar a apreciarse 4,3% ($ 30,3) en el último mes-, llegó para quedarse.
Cristóbal Gamboni, economista de BBVA, postula que para que se mantenga el aumento en la inflación de 3,8% que espera el Central es fundamental que exista una apreciación del peso, lo que es difícil de prever en estos momentos.
El economista de Banchile, Nathan Pincheira, espera que el primer semestre sea de alta inflación, por lo que ve difícil mantener el pronóstico actual y se inclina por un IPC acumulado a diciembre de 4%.
Respecto a la visión de la política monetaria, los agentes esperan que se reafirme el sesgo alcista, aunque no descartan cambios más adelante si la inflación persiste sobre 4% o hay cambios en el ritmo de las subidas de tasas de la Fed en EEUU.
Los ajustes que se anticipan para el escenario externo
De acuerdo a los expertos, a raíz del actual escenario global hay una alta probabilidad que los supuestos del escenario base internacional entregados en el IPoM de diciembre experimenten modificaciones.
"Esperaría ver cambios en las proyecciones de cobre y petróleo para este y el próximo año, dado el pobre desempeño que han tenido los commodities en lo más reciente y el deterioro en las perspectivas de mediano plazo", expone Miguel Ricaurte, de Itaú.
Los pronósticos vigentes del insituto emisor apuntan a un precio del cobre promedio de US$ 2,2 para este año. Ayer, la libra del metal rojo cerró en US$ 1,97. El panorama no es muy distinto para el crudo, cuyo precio actual está en US$ 25,77 y US$ 26,73 dólares para el barril de Brent y WTI, respectivamente, frente a la precio promedio de US$ 43 y US$ 45 esperado por el Central para este año.
Las otras variables que se podrían modificar tienen que ver con el crecimiento esperado para el resto del mundo, especialmente los socios comerciales y los países emergentes.
¿La razón? Cómo explica Felipe Bravo, de Banco Santander, el deterioro del escenario externo se ha traducido en menores perspectivas de crecimiento global, en medio de la desaceleración en China, la recesión en Brasil y un Estados Unidos que crece pero no con el vigor esperado.
Con una visión menos optimista para la actividad mundial y el ajuste en los precios de las materias primas, Bravo dice que las proyecciones para las exportaciones e importaciones de bienes y servicios "también deberían ajustarse".
En el IPoM de diciembre, el Banco Central proyectó un aumento de 1% para los envíos locales y 1,6% para las importaciones, en el contexto de un incremento de 3,2% en el Producto de los socios comerciales y de 4,4% para las economías emergentes.