Economía y Política

“No se puede reproducir el presidencialismo chileno en los gobiernos regionales, no funciona”

El también ex diputado advierte que el emplazamiento boliviano responde a las expectativas que generó la clase política nacional, principalmente, el año 2005.

Por: | Publicado: Lunes 21 de febrero de 2011 a las 05:00 hrs.
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Angela Chávez M.



Conocida la decisión del gobierno de mantener a la intendenta Van Rysselberghe en su cargo, el actual vicepresidente de la Internacional Demócrata Cristiana, Tomás Jocelyn-Holt, planteó a través de twitter la necesidad de avanzar en la elección directa de los gobiernos regionales.

Su llamado no sólo se sienta en la idea evitar conflictos políticos como el que protagonizó la autoridad del Biobío, sino en la problemática que actualmente enfrentan las regiones en áreas como “uso de suelo y expansión territorial, temas medioambientales y que no quedan bien resueltos en el gobierno central, que es un trasatlántico para resolver problemas que tienen que ser resueltos con neutralidad”, dice. Sostiene que no se trata sólo de elegir las autoridades regionales, sino de dotarlos de recursos y capital humano, además de avanzar a un sistema más representativo.

De paso, el ex diputado aborda el ultimátum dado por Bolivia a nuestro país y advierte que es el resultado de las expectativas que generó la clase política chilena en 2005.



- ¿Por qué cree que no se ha avanzado en la elección directa de las autoridades regionales?

- Hay muchos temores involucrados. Pero no es solamente elegir los gobiernos regionales, también es dotarlos adecuadamente, darles recursos propios, tener una planta y elementos humanos que sean sustantivamente distintos a lo que tenemos hoy. Esa ha sido una promesa que no se ha cumplido.



- ¿Es un modelo con regiones más autonomas?


- Tengo mucho cuidado de no casarme con fórmulas rígidas. Lo que estoy diciendo es que los gobiernos regionales tienen que ser electos y con otra legitimidad. No puede ser como hoy, donde los CORE son un resorte de los concejales.



- Sólo los CORE ¿los intendentes también?

- Tiene que ser un consejo más grande y que uno pueda elegir al intendente, pero que también haya un gobierno regional que tenga que buscar algún tipo de respaldo de ese consejo. Hay que establecer una especie de equilibrio dentro de lo que es la autoridad ejecutiva y lo que serán los entes encargados de aprobar los presupuestos. No se puede reproducir el presidencialismo chileno en los gobiernos regionales, porque no funcionan bien. Hay que mejorar la masa crítica y el recurso humano. El desafío es tener un sistema más inclusivo, que arbitre adecuadamente sus intereses y eso exige escalas más grandes.



- ¿Esto requiere modificar el sistema político?


- Para ser sincero, en Chile el Parlamento está muy disminuido y no es el lugar donde un candidato a la Presidencia va a querer de alguna manera desarrollar su ambición. Chile eventualmente, de aquí a 2030, va a tener que llegar a un sistema semipresidencial porque el actual sistema tampoco está funcionando, no está siendo inclusivo, ni representando adecuadamente. Se debiera tener un mayor equilibrio en ambos planos, un sistema semipresidencial donde el presidente, aparte de conservar el gobierno, debiera tener las facultades en Relaciones Exteriores y Defensa, y otras materias de decisión exclusiva, compartiéndolas con un gabinete sujeto a aprobación de la Cámara. Ahí tendríamos un equilibrio perfecto. Ahí los gobiernos regionales serían más variados, algunos proclives al gobierno y otros opositores, pero en el fondo se tendría una mayor capacidad para resolver temas de alta complejidad.



- ¿Se evitarían conflictos políticos como el caso Van Rysselberghe?

- Los va a tener igual, pero en su lugar. No vas a tener al presidente de la República paralizado por el tema o haciendo una reflexión si va o no a Dichato. No hay nada peor que un país donde su crónica roja contamina su política. Es lógico que se vayan a cometer delitos y habrá temas que serán mal resueltos, pero se trata de tener un país capaz de avanzar, hoy no lo tenemos porque en el fondo se tiene un sistema colapsado.



Oferta a Bolivia


- ¿Qué le parece el ultimátum de Bolivia?

- Lo que está ocurriendo en Bolivia es la reacción de las expectativas que se generaron en Chile en 2005. Todos los candidatos presidenciales, Bachelet, Lavín y Piñera, dieron señales demasiado fuertes que el tema boliviano iba a dar un salto cualitativo. Todo el espectro político generó y alimentó una expectativa. Una de las iniciativas más inteligentes que he escuchado es que tal vez el país debiera hacer una oferta, obviamente, sujeta al Tratado del ‘29 y a la aprobación peruana. Chile debiera hacerle una oferta a Bolivia y ellos verán si la acogen o no, o si la acepta o no Perú...



- ¿Ve al actual gobierno avanzando en esa línea?

- Bachelet generó más expectativas de las que pudo cumplir. Piñera en 2005 pensaba que había que hacer algo y cambió de opinión. Toda la elite política se ha vuelto muy reactiva a la posibilidad de avanzar, por eso cuando Longueira plantea estudiar en serio el tema recibe reacciones negativas de todo el espectro.



- Este emplazamiento ¿amerita suspender el diálogo?

- Es una solución. No puedes tener un gobierno que esté forzado o que sea llevado a una mesa de conversaciones a ofrecer territorio cuando al 80% de su población no le gusta. Las autoridades bolivianas tendrían que entender que no se trata de comprometer a su contraparte, tiene que ser una cosa de generar un clima, con plazos no tan administrativos. Chile lo que ha hecho es decirle a los bolivianos, en términos simples: ‘Miren, no vamos a ser presionados’ y eso es lo correcto.

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