Desde las 10:00 de la mañana de este sábado, la Democracia Cristiana (DC) comenzará a analizar, a través de su Junta Nacional –vía telemática- cuál será el mejor camino a seguir por el partido, para sacarle la mayor ventaja posible a la elección parlamentaria. Desde la propia colectividad ha trascendido que la postura oficial sería la libertad de acción para la militancia, en la presidencial, y negociar un acuerdo parlamentario con el oficialismo.
Ello, en el contexto de que ya hay parlamentarios que le entregaron su apoyo formal a Jara, como es el caso del segundo vicepresidente de la Cámara, diputado Eric Aedo, lo que de algún modo ha forzado a la directiva a dejar de lado la idea de respaldar a otro aspirante a La Moneda, aunque nada está dicho para la DC, salvo que tiene que tomar una decisión que le asegure la subsistencia.
Es en este escenario, el director de la Escuela de Gobierno de la Universidad Autónoma y analista político Aldo Cassinelli analiza la situación que está enfrentando el partido. Pero también se aproxima a la carrera presidencial que lideran los candidatos Jeannette Jara (PC), José Antonio Kast (Partido Republicano) y Evelyn Matthei (UDI), en este mismo orden.
-¿Es muy necesario para Jeannette Jara y para el resultado de su candidatura, el apoyo de la Democracia Cristiana? ¿Pesa o no pesa?
-No, la Democracia Cristiana, hoy día, es un partido marginal en el sistema político, va de salida. Creo que lo que pesa, en términos de incorporarlo a su comando, tiene más que ver con cómo incorpora algunas de sus figuras en la lista parlamentaria, en una lista única parlamentaria. Ahí es donde la DC tiene algún rol.
-A propósito de la Junta Nacional de la DC, ¿para este partido qué tan importante es la definición de sumarse o no a la candidatura de Jara?
-La Democracia Cristiana -y puede ser, quizás, un poco más brutal-, como partido, como institución, tiene muy poco que decir. Quienes van a decir algo son los caudillos del partido, que tienen espacios de poder y que pueden ganar o perder con la postura que adopte. Es decir, quienes, frente a la posibilidad de estar en una lista única encabezada por Jara y, por lo tanto, tener alguna opción de continuar o ser electos parlamentarios, van a abogar por una tendencia. Creo que esa esa va a ser la tónica. No veo que haya algo de convicción o de doctrina detrás de la decisión que tiene que tomar la DC, sino básicamente pragmatismo de algunos de los liderazgos internos del partido.
-¿Sumarse a Jara podría contribuir en algo a reforzar a la DC como partido?
-En la medida que esos personajes logren espacios, sea en el Parlamento, o sea en un eventual gobierno. Eso mantendría vivo al partido, básicamente, porque tendrían espacio en el Estado. Por eso creo que hay algunos que se juegan por esa vía. Fuera de eso, creo que tiene muy pocas posibilidades de sobrevivir e, incluso así, puede darse una situación donde tengan candidatos que quieran mantener los principios doctrinarios de la DC y ante una eventual decisión de la Junta Nacional de dar libertad de acción, se produzca una situación aún más compleja, que haya candidatos que estén apoyando a la derecha y no necesariamente a la candidata del oficialismo. Por tanto, haya candidatos en uno y en otro sector, compitiendo eventualmente en los mismos distritos.
-¿Y qué pasaría si optaran por el camino propio?
-Lo que pasa es que es difícil hoy día que la Democracia Cristiana logre convencer a alguien, electoralmente hablando, de que tiene camino propio fuera de querer instalarse en las lógicas de poder. Pero como partido no veo espacios para la Democracia Cristiana, precisamente por la ambigüedad que ha tenido desde la conformación de la Nueva Mayoría, cuando la Democracia Cristiana, cuando, términos doctrinarios, se une al Partido Comunista formando una gran coalición. Ahí se desdibuja absolutamente.
-Tal vez, por eso no se entiende que el presidente del partido se niegue a respaldar al PC, si fue ministro de ese Gobierno los cuatro años.
-Claro, claro. Y no olvidemos que el actual presidente levantó una candidatura presidencial, tal vez para reconfigurar una centroizquierda o una Concertación II, en el sentido de que el Socialismo Democrático incorporara a la Democracia Cristiana, cosa que no resultó y desde ahí a la situación que tenemos hoy día.
“Todavía falta ese ajuste necesario para saber a quién le habla Matthei, cuáles son los tres ejes de la campaña”
-Da la impresión que en la campaña de Matthei no han encontrado el término medio para mostrar lo que es ella. ¿Se podría interpretar así o no?
-Sí, siento que el tono de la campaña todavía no está bien definido, no está bien definida la audiencia, el electorado al que le tiene que hablar y eso hace que, eventualmente, reaccione frente a algún ataque o espacio político y deje pasar otros que, a mi juicio, también son relevantes. Equilibrar esas dos instancias debiera ser parte de la campaña.
-Si bien Matthei y Kast son los que lideran en su sector, pero hay otros como Kaiser, ¿qué pasa con ellos en el actual escenario?
-Estamos recién partiendo, que quedan todavía tres semanas para que se inscriban las campañas Aunque creo que vamos a tener campañas con tres grandes candidatos, entre los que se va a definir quién pasa a segunda vuelta, no podemos desconocer que hay otros candidatos que vienen a la zaga y pueden capturar electorado de cualquiera de estos tres candidatos para crecer y, por lo tanto, también tienen que tener cuidado de quién viene a la cola. Estoy en Parisi y Kaiser. Y cualquier otro que en algún minuto logre instalarse como candidato.
-¿Evelyn Matthei está dejando espacio para que otros candidatos de derecha crezcan?
-A ver, yo soy un convencido que para ganar una elección se tienen que aglutinar todos los segmentos socioeconómicos, hombre-mujer, los segmentos etarios, se tiene que construir una matriz, eso es clave. No estoy diciendo nada muy brillante, pero cuando se tienen los segmentos C3 y D, que representan el 66% o 70% de la población, y eso se ve reflejado en términos electorales, se tiene un espacio muy grande para hablar o a quien hablar. Entonces, me da la impresión que también hay que afinar ese mensaje. Y eso me lleva a otro elemento de los candidatos, lo digo por los tres, no pueden hablar de todos los temas todos los días, tienen que elegir sus temas…
-¿Sus ejes?
-Exactamente. Cuáles son sus temas de campaña, sus ejes, su columna vertebral, en la que van a trabajar sus campañas de ahora y que se van a trabajar en la propaganda política, que también es sumamente importante. De ahí en adelante va a ser muy importante, más que en otras elecciones, definir eso. Por eso van a tener que identificar cuáles son los voceros, sus colaboradores que van a poder hablar de otros temas. Y creo que eso tampoco está bien definido. y creo que que que es algo que tiene a ella dentro, que no hay. Los otros dos candidatos tampoco han definido bien este rol.
-¿Eso no da cuenta de que hay un problema en el comando, de asesoría o de la propia Matthei al no haber claridad respecto a qué público le está hablando?
-Sí. Pero cuando ella estaba corriendo sola, prácticamente dos años siendo la candidata única, daba lo mismo lo que dijera y a quien le hablara, porque no tenía contrincantes, no tenía quién confrontara su opinión, ideas y propuestas. Podía llegar a todo el universo; en el minuto en que empiezan a aparecer y a consolidarse otros actores relevantes, empiezan a copar espacios y ahí es donde se produce un déficit. Ahora hay dos candidatos que se paran frente a ella y debe tener claridad de dónde obtener el 50% para ganar la elección; eventualmente en segunda vuelta tiene que tener esa claridad y ahí todavía falta ese ajuste necesario para saber a quién le habla Matthei, cuáles son los tres ejes de la campaña, al menos dos. Uno es seguridad, es súper relevante y creo que ella lo tiene muy claro, pero tiene que transmitirlo y a quien la escucha tiene que hacerle sentido.
“Jeannette Jara como candidata es buenísima, la cercanía y confianza, que son atributos blandos, los tiene muy desarrollados”
-¿Es posible que Matthei despegue del tercer lugar?
-Es posible, porque hay electorado. Pero, obviamente, tiene que definir los temas y a quién le va a hablar electoralmente; porque pareciera que en algún minuto va a buscar los votos fugados de Kast, luego va por los indecisos… Y tiene que hablarle al público al que su discurso le hace más sentido, a ellos tiene que conquistar. Además, ella tiene una muy buena evaluación electoral. Eso no se puede desconocer.
-Le voy a plantear una tesis que no es mía, pero me hace sentido, ¿podría ser que la derecha que tuvo que apoyar a Piñera y que ve en Matthei una especie heredera, se siente más inclinada a votar por Kast porque lo sienten más propio del sector?
-Sin lugar a dudas hay algo de la disputa hegemónica por la derecha, la izquierda lo definió a través de una primaria. La derecha lo hará en primera vuelta. Por eso es importante que la candidata que representa ciertos valores dentro de la centroderecha, esa derecha que articula acuerdos, que es capaz de traspasar fronteras, de construir consensos, sea capaz de transmitir que eso es relevante.
-¿A qué atribuye usted que teniendo un rechazo tan alto, Kast haya logrado imponerse a Matthei y esté generando tanto arrastre en su sector?
-Kast ha bajado muchísimo su rechazo. Ese es el primer elemento para pasar después a la lógica de que voten por él. Esa secuencia se ha ido dando, porque ha definido muy bien los temas en los que está entrando; los define muy bien, también ha definido muy bien el momento en que entra en cada uno de los temas. Y, es sumamente importante, que los transmite de manera correcta. No trata de elevarse o de demostrar que es un gran político y, por lo tanto, habla en difícil; sino, al contrario, habla en fácil: ‘este es el problema, lo voy a resolver de esta manera y este es el resultado que vamos a tener para la gente afectada por el problema’. Esa ecuación, que ha sido bastante llamativa, ha dado muy buen resultado.
-Se dice que Jeannette Jara es una especie de Bachelet 2.0, ¿eso es suficiente para seguir liderando las encuestas?
-Ella tiene un carisma muy interesante, muy bueno como persona. Personalmente creo que como candidata es buenísima, la cercanía y confianza, que son atributos blandos, los tiene muy desarrollados. Si fuera capaz de mover la discusión a los cuadrantes que le son más favorables se transformaría en una candidata mucho más competitiva de lo que es hoy día. Puede tener ahí un eje de campaña muy potente. Y si logra instalarlo como elemento de discusión, puede ir acumulando capital político que se transforme en capital electoral.
-Eso es lo positivo, ¿y lo negativo?
El contrapeso de eso, es que representa al Gobierno, por mucho que trate de alejarse. Por eso que creo que la campaña, la propaganda, va a ser muy importante en esta elección; porque eso le genera un peso y lo que ella es y todos los activos que tiene chocan sus pasivos, que es precisamente el Gobierno. Y si no logra desprenderse de eso, se va a mover muy a la par con los apoyos del Gobierno.