Una hoja de ruta que lleve al país a recuperar un crecimiento económico igual o mayor a 4%, a crear un millón de nuevos empleos y alcanzar un superávit fiscal estructural de 1% del Producto Interno Bruto (PIB), planteó el programa del candidato presidencial del Partido Nacional Libertario, Johannes Kaiser.
Bajo el título “Para iniciar una nueva era de paz, libertad y prosperidad en Chile”, el diputado propuso un plan económico de “sentido común” que incluye una amplia reforma tributaria.
Esta incluiría una tasa de 0% de impuesto a utilidades reinvertidas en el país; un sistema 100% integrado, donde el impuesto que paga la empresa se acredita completamente al socio o dueño; despreciación instantánea de inversiones; fin al gravamen a las ganancias bursátiles y al impuesto territorial; y un ajuste al impuesto Único de Segunda Categoría que aplica para las personas naturales.
En este último caso, se sugiere eximir totalmente de pago a todos quienes ganen menos de $ 500 mil mensuales.
Otro cambio se dará a nivel del impuesto Global Complementario. Aquí se sostiene que en lugar de múltiples gravamen “mal articulados”, se propone uno solo de carácter anual, progresivo, que integra todas las fuentes de ingreso de una persona natural (rentas del trabajo si no fueron retenidas, retiros de utilidades, arriendos, ganancias de capital no bursátiles, honorarios o servicios prestados e intereses y dividendos).
La estructura será progresiva, con tasas marginales que van desde 2,5%, hasta un máximo de 35% para los altos ingresos. Hoy es 40%.
A lo anterior se suma el establecimiento de invariabilidad tributaria para las empresas por 50 años y el término del IVA a servicios profesionales.
Foco laboral y previsional
Junto con anunciar una racionalización del gasto público y fortalecer el Consejo Fiscal Autónomo (CFA), Kaiser plantea una reforma de la meta de inflación del Banco Central del actual “3% anual, con un rango de tolerancia de ±1 punto porcentual” a una meta de “2% anual, con un rango de tolerancia de ±0,5 puntos porcentuales”, a través de una transición técnica gradual, transparente y responsable.
“No se requiere reforma constitucional: el Banco Central puede modificar su meta de inflación en el marco de su autonomía, con transparencia y fundamentación técnica”, se lee en el documento.
En el frente laboral, se suma a la idea que ha circulado de una indemnización a todo evento con seguro de cesantía; modificar el mecanismo de fijación del salario mínimo y promover la fijación de salarios por el mercado; con mecanismos de convenio colectivo sectorial para establecer pisos de protección donde sea necesario; y una transformación del Servicio Nacional de Capacitación (Sence) en una Unidad de Capacitación y Movilidad Laboral (UCML), dependiente del nuevo Ministerio de Desarrollo Humano, con un enfoque digital y descentralizado implementando un sistema de capacitación basado en vouchers individuales, inspirado en SkillsFuture (Singapur), que fomente la libertad de elección del usuario.
Además, se plantea reducir gradualmente 200.000 empleados públicos.
En el ámbito previsional, la propuesta es realizar un depósito inicial de $ 2.000.000 en una cuenta individual para cada recién nacido en Chile y eliminar los fondos generacionales.
Además, se buscará fomentar la inversión en Pymes, facilitando que coticen en bolsa a través de la Cámara de Comercio, atrayendo inversiones de AFP y el Fondo Soberano para Pensiones, financiado con recursos de la minería y la privatización parcial o total de Codelco.
Adicionalmente, se quiere redireccionar el 1,5% de cotización hacia la cuenta del trabajador, que incluye la reforma previsional de 2025.