Por Ángela Chávez Molina
En medio del fracaso del restablecimiento de un diálogo entre el gobierno y la oposición para fijar una agenda común, los presidentes de RN y la DC, senadores Carlos Larraín e Ignacio Walker, respectivamente, reactivaron sus contactos para aterrizar el acuerdo alcanzado en enero pasado y que busca avanzar en una propuesta conjunta que permita modificar el régimen político y cambiar el sistema binominal, lo que es rechazado desde la UDI.
De hecho, ayer ambos legisladores se reunieron para continuar con una conversación que habían iniciado durante la jornada previa. En las dos ocasiones -trascendió- acordaron que la próxima semana volverán a intercambiar las iniciativas que cada partido ha venido trabajando en el tema y no descartaron que dentro de los próximos meses, e incluso en julio, se conozcan algunas propuestas concretas. “Estamos de acuerdo en seguir avanzado en esto de estudiar las reformas del régimen político que parecen necesarias y que son bastante amplias a nuestro entender”, destacó el titular de la tienda del presidente.
“Estamos trabajando seriamente en un avance que signifique mejor distribución de los recursos a las regiones, otro papel para el Parlamento y una modificación o adaptación del sistema electoral”, precisó el senador, quien de paso desdramatizó las diferencias que en este tema mantienen con la tienda aliada, señalando que “vamos a ir convenciendo gente de a poco, estamos en buena onda”.
Unipartidismo en el gobierno
Menos condescendiente con el gremialismo fue el titular del Senado, Camilo Escalona (PS), quien a través de una columna que tituló como “La ceguera”, junto con criticar la decisión del gobierno de cerrar las puertas al diálogo ante la serie de desafíos que tiene pendientes en materia legislativa -como salario mínimo, reforma tributaria y educacional-, acusó que esta es “un completo y total contrasentido”.
“El que gobierna es el que debe resolver los problemas y no agravarlos, encerrándose en el respaldo obligado de sus partidarios”, comentó advirtiendo que “esta situación genera una profunda desconfianza acerca de los propósitos de la autoridad en el próximo tiempo”.
En ese sentido aseguró que “se crea la impresión de un Presidente cautivo del principal partido político que lo respalda; es decir, se ha ido configurando una dictadura partidista, cuya fuerte organización y disciplina le posibilita imponer su voluntad, sin contrapesos, en la coalición política gobernante. Al país se le impone el criterio estrechamente corporativo de la cúpula del partido patrón en el poder”, señala Escalona y subraya que el resultado de la imposición de un partido -aludiendo a la UDI- es una “sui generis reedición del control unipartidista que tanto se condenará de palabra para justificar el pasado dictatorial”.
Tiempo al tiempo
Con un tono menos confrontacional al de la jornada previa, el vocero de gobierno, Andrés Chadwick, intentó explicar las razones del por qué fracasó la posibilidad de un diálogo con la oposición, recordando que la voluntad del Ejecutivo existe pero sin que se pongan condiciones.
De ahí que hizo un llamado a “recapacitar y darle tiempo al tiempo. Ya nos pondremos todos más tranquilos y ojalá exista la posibilidad que la Concertación entienda que si pone condiciones e imposiciones para efectos de desarrollar una conversación no es la mejor forma de partir y por lo tanto esperamos que las voluntades vayan cambiando”.
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