Por Ángela Chávez / Gonzalo Cerda
La reforma tributaria que alista el gobierno atraviesa una etapa decisiva y final. Y es que el compromiso, tal como lo han anunciado en La Moneda y en Teatinos 120, es tener de aquí a abril, y no antes, un proyecto de ley en la materia.
De ahí que, aún cuando el trabajo que ha desarrollado el ministro de Hacienda, Felipe Larraín, junto al presidente Sebastián Piñera en el detalle de la iniciativa se encuentre bastante adelantado, el anuncio del texto no sea para el Ejecutivo un tema “inminente”, pues aún queda camino por recorrer en la búsqueda de consensos con todos los sectores.
A lo anterior se agrega el complejo escenario político que le espera al proyecto en el Congreso. Es que a partir de las posiciones que han plasmado tanto los partidos de la Alianza y la Concertación -donde buena parte del oficialismo plantea subir impuestos pero avanzar en una serie de rebajas tributarias, mientras que la oposición apunta a elevar tributos a quienes ganan más-, es que ya se anticipa un camino cuesta arriba para que el Ejecutivo logre salir airoso de este desafío.
En lo inmediato, y sin ánimo de dar muchas luces de lo que viene, ante la lluvia de especulaciones que se han hecho en medio de la espera, el jefe de la billetera fiscal sólo se ha limitado a aclarar que “este es un tema que genera mucho debate y donde no hay posiciones únicas, lo que nos corresponde como gobierno y lo que hemos hecho es analizar en detalle, proceso que viene de fines de 2010 (…) También se han considerado las opiniones de los partidos políticos, los trabajadores y empresarios, por lo tanto hemos tenido un proceso, pero me gustaría aclarar que no es inminente el envío del proyecto de ley. Nos hemos dado como plazo el mes de abril y lo que queremos hacer es un esquema de los cambios”.
En la misma línea, Larraín reiteró que lo que busca el Ejecutivo es alcanzar un perfeccionamiento para avanzar en equidad, por lo que precisó que “todavía estamos en un proceso de conversaciones”.
En contraste con el titular de Hacienda y fiel a su estilo, el ministro de Economía, Pablo Longueira, anticipó ayer que el proyecto del gobierno estaría casi listo. “Falta que el presidente Piñera tome alguna decisiones respecto de algunos impuestos, que se van a tomar en el transcurso de esta semana”.
Carga tributaria asociada al nivel de desarrollo
Con todo y a la espera que el gobierno haga pública su propuesta, lo cierto es que desde todos los sectores y organismos politico-técnicos han surgido una serie de recomendaciones respecto del camino que debería adoptar Chile para avanzar en esta materia.
Ayer, el Seminario Parlamentario de Alto nivel de la OCDE (organizado en Chile por el diputado Pablo Lorenzini) fue una nueva ocasión para abordar el tema. En la oportunidad, el ex director de Presupuestos y actual subdirector de gobernabilidad y desarrollo territorial de la OCDE, Mario Marcel, advirtió que si bien la entidad ha recomendado una reforma tributaria que apunte a una mayor equidad, a su juicio es propiedad de cada país analizar la coyuntura en la cual se encuentra. “Chile tiene una carga impositiva relativamente baja, pero son los países los que tienen que decidir si acogen esas modificaciones que se proponen. Chile tiene un nivel de desarrollo distinto al de los países de la OCDE y la carga tributaria está asociada al nivel de desarrollo, entonces si en algunos países de la OCDE la carga tributaria es de 40% o 45% del producto, ese no va a ser el punto de referencia para el país. Tiene que estar ligado a las políticas públicas”, sentenció Marcel.
En medio de la avalancha de propuestas que han surgido, una de las pocas certezas es que el Ejecutivo enfrenta un complejo escenario. A las diferencias en sus propias filas -donde existen posiciones contrapuestas entre la UDI y RN-, se agrega que la oposición tiene mayoría en el Congreso y ya han adelantado que no se conformarán con un alza del 20% del Impuesto de Primera Categoría y avanzar en más exenciones tributarias para las empresas, como se ha especulado sobre la propuesta de La Moneda.
Así, en uno de sus primeros documentos en la materia el bloque concertacionista adelantó que uno de los pilares de la reforma debe ser el aumento de la recaudación del PIB en un 3% o 4 % y aumentar la carga de quienes tienen más o perciben mayores ingresos, además de derogar toda exención no justificable.
De ahí que el senador gremialista, Hernan Larraín, quien también tiene su propia propuesta, sentenciara que este debate “exige un entendimiento entre el gobierno, que tiene la iniciativa exclusiva, y la oposicion, que tiene el control para decir sí o no”.
“Que paguen más los que ganan más”
La propuesta de reforma tributaria que presentó el senador UDI Hernán Larraín al gobierno, y que viene a sumarse a la ronda de iniciativas que se han entregado en Teatinos 120, contempla una recaudación de ingresos para el Fisco por un monto cercano a los US$ 3.000 millones. De esta forma el documento del senador oficialista propone una escala progresiva en el impuesto a la renta de primera categoría, que permitiría recaudar US$ 2.000 millones. Además, apuesta porque las empresas que registren pérdidas, puedan utilizar éstas sólo si dentro de cinco año producen utilidades en una proporción que no puede ser menos en porcentaje de 25%, lo que implicaría ganancias tributarias por US$ 150 millones. Junto con eso, los cambios al Fondo de Utilidades Tributables (FUT) podrían estimarse en US$ 400 millones, considerando el 2% de aporte hacia el futuro. Finalmente, propone mejorías en el control de la evasión que permitiría al Fisco disponer de US$ 450 millones, aprox. “El proyecto propone diversos cambios normativos orientados a corregir el actual modelo tributario para hacerlo más rentable y equitativo, lo que reforzaría el compromiso con la igualdad social”, dijo el parlamentario.
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