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El autoexilio de Edwards y sus conexiones con Estados Unidos

El empresario reconoció reuniones con representantes de la CIA pero negó cualquier financiamiento económico.

Por: | Publicado: Martes 25 de abril de 2017 a las 00:02 hrs.
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La llegada de Salvador Allende a La Moneda fue el corolario de conquista de las ideas socialistas en la sociedad chilena. Esto motivó el autoexilio de la familia Edwards a Estados Unidos, quienes consideraban como una debacle la llegada del socialismo a la conducción de Chile. "Me aconsejaron que me fuera por favor, porque era más fácil defender la libertad de prensa que defenderme a mí. Entonces yo representaba todo lo malo del mundo. Era más fácil defender al diario sin mí, porque Allende no me quería mucho", recordaría décadas después en la extensa entrevista realizada por Raquel Correa.

Fue durante su estancia en el extranjero donde ocupó la vicepresidencia de la multinacional Pepsi Cola y cultivó amistad con el banquero y empresario David Rockefeller, quien lo visitó en varias oportunidades en su casa en el Lago Ranco, al sur del país.

En aquella época también se lo vinculó con oficinas de inteligencia norteamericanas desde donde habría colaborado en la caída del gobierno de la Unión Popular. Los archivos que tras décadas de lo ocurrido, desclasificó el gobierno norteamericano, dieron cuenta de reuniones entre el empresario chileno y Richard Helms, quien era entonces director de la CIA y, el Comité Church del Senado de los Estados Unidos lo sindicó como parte del plan norteamericano para influir en distintos medios latinoamericanos. Años después Edwards reconoció ante el juez Mario Carroza dichas citas pero negó cualquier financiamiento económico hacia su holding de medios. "En el período inmediatamente anterior y posterior al 11 de septiembre de 1973 se creó una situación excepcional de la cual era muy difícil sustraerse", afirmaría a Raquel Correa.

Con la caída del gobierno de Allende y el forzado arribo de Augusto Pinochet al poder, en 1975 vuelve a Chile y asume la presidencia de El Mercurio en 1982, cargo que ocupó hasta 2008. En el periodo del gobierno militar fue cuestionado por los pocos esfuerzos del medio para denunciar violaciones a los derechos humanos, lo que a juicio de Agustín Edwards no fue tal, dada las condiciones que la prensa enfrentó durante esa época.

"Existían serias limitaciones a la libertad de prensa que nos dejaban con muy pocas posibilidades de acción. Hubo censuras, bandos, decretos excepcionales. Era muy difícil o imposible la investigación periodística. Pero, fundamentalmente, no fue por temor ni por presiones que publicáramos poco de lo que ahora sabemos, sino porque no teníamos información seria sobre las acusaciones que en ese tiempo circulaban como rumores imposibles de confirmar", explicaría después en defensa de la línea editorial de su medio.

 

Los turbulentos años 60 y su actividad en el mundo político de la segunda mitad del siglo

 

La década de los 60' fue el comienzo de la lucha que mantuvo este empresario de las comunicaciones con el surgimiento de ideas socialistas a nivel latinoamericano.

Uno de los más importantes hitos fue la toma de la casa central de la Pontificia Universidad Católica a propósito de la reforma educacional. La mañana del 11 de agosto de 1967, un lienzo en su casa central con la frase "Chileno: El Mercurio miente", buscaba cuestionar la información publicada en torno a la revuelta que había iniciado el movimiento estudiantil. La frase se convertiría en una bandera para detractores que cuestionan la línea editorial del medio.

La avezada maniobra de una de las universidades más conservadoras del país marcó un hito en la reforma que derivó, gracias a la intervención del Cardenal Raúl Silva Henríquez, en una mayor presencia de los alumnos al interior de la casa de estudios. "A nosotros nos golpeó mucho, nos dolió mucho", se lamentó años después Arturo Fontaine, quien entonces ya era el subdirector del periódico.

La revuelta universitaria dejaría otra huella en Agustín Edwards. Los cuestionamientos sobre sus redes empresariales al interior de la Universidad Técnica Federico Santa María, empezaron a tener eco en los estudiantes que paralizaron sus actividades por seis meses.

La casa de estudios que había sido creada en 1930 por su abuelo Agustín Edwards McClure, como uno de los tres albaceas de Federico Santa María y de la cual fue rector, formó parte del clan Edwars hasta que la revuelta terminó por materializar su alejamiento de dicha institución.

 

El secuestro de su hijo y la creación de Paz Ciudadana

 

Uno de los momentos más dolorosos que debió enfrentar Agustín Edwards fue el secuestro de su hijo, el 9 de septiembre de 1991. Cristián Edwards tenía en ese entonces 33 años y su cautiverio, en manos del Frente Patriótico Manuel Rodríguez, se extendió por más de cinco meses.

Pocas veces se refirió a este triste episodio del clan Edwards y que terminó gracias a la intervención del padre Renato Poblete. Fueron 17 las publicaciones en los avisos clasificados de la sección Arte de El Mercurio las que sirvieron como canal para las negociaciones con los captores. Éstas tratativas desembocaron en la entrega de US$ 1 millón para el rescate y la posterior liberación del hasta ese entonces gerente de diarios regionales de El Mercurio. Este episodio sembró en Agustín la idea de crear la fundación Paz Ciudadana, un think thank que permitiría discutir y proponer políticas publicas para el control de la delincuencia. La institución, sin fines de lucro, fue fundada el 2 de abril de 1992. Actualmente está integrada por más de 40 asesores entre ellos empresarios, especialistas, académicos y también políticos, algunos ligados a la ex Concertación. Sergio Bitar (PPD) es su actual vicepresidente y en su directorio está Eugenio Tironi y Edmundo Pérez Yoma.

Además, la entidad vio nacer profesionalmente a la exministra Javiera Blanco, quien llegó a ser su directora.

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