Los ministros de Exteriores de Alemania y Austria, Frank
Walter Steinmeier y Michael Spindelegger, esperan cerrar pronto las
negociaciones para la venta de la empresa automovilística Opel a Magna.
Ambos dieron hoy por sentado tras entrevistarse en Berlín de
que la casa matriz de Opel, el grupo estadounidense General Motors, llegará a
un acuerdo satisfactorio con el holding austro-canadiense Magna e hicieron un
llamamiento a la tranquilidad a los empleados de Opel.
Mientras tanto, los estados federados alemanes con plantas
de producción Opel han reaccionado con escepticismo y mucho distanciamiento a
la oferta de compra presentada por el inversor chino BAIC.
"Con BAIC tengo un problema y es que un Opel chino no
tiene perspectiva", señala el ministro de Finanzas del estado federado de
Hesse, Dieter Posch, en declaraciones que hoy recoge el diario Handelsblatt.
El rechazo de Hesse, al que pertenece la ciudad de
Rüsselsheim, sede de Opel, tiene gran peso pues participa con 474 millones de
euros (US$ 654 millones) en el crédito puente de 1.500 millones de euros (US$
2.085 millones) facilitado por el
Gobierno alemán para mantener la compañía a flote durante el proceso de quiebra
de General Motors en Estados Unidos.