El déficit habitacional no es un problema concentrado en Santiago. En regiones como Antofagasta, Coquimbo, Biobío y Los Lagos un alto número de familias requiere apoyo del Estado para acceder a una vivienda, presionadas por la escasez de suelo urbano bien localizado, el aumento sostenido de los arriendos y las dificultades para acceder a créditos.
En este escenario, un estudio de Déficit Cero identificó más de 800 hectáreas con potencial de desarrollo urbano en torno a proyectos de transporte público regional, superficie que permitiría construir hasta 167 mil nuevas viviendas si se desarrollan nuevos incentivos normativos.
Estas áreas estratégicas, que denominaron “zonas de oportunidad”, se caracterizan porque no solo ofrecen terrenos para la construcción de viviendas, sino que cuentan con potencial para impulsar empleo y servicios urbanos de manera planificada y articulada.
El análisis se realizó tomando como base una cartera de 12 proyectos de infraestructura de transporte público fuera de la Región Metropolitana, entre trenes, tranvías, metros y teleféricos, que movilizarán más de US$ 2 mil millones en inversión pública de aquí a 2040.
Si se incorporan los cinco proyectos de infraestructura de transporte dentro de la RM la inversión pública aumenta a US$ 12 mil millones y se suman más de 900 hectáreas de suelos potencialmente desarrollables.
Superficie potencial
Durante el análisis se identificó, a nivel nacional, una superficie inicial de 1.822 hectáreas compuesta por suelos eriazos o subutilizados, predios industriales con potencial de reconversión a usos mixtos y terrenos de expansión ubicados en áreas adyacentes al límite urbano vigente.
Tras descartar zonas con riesgo o protección ambiental, la cifra efectiva llegó a las 1.724 hectáreas, con un total de 802 fuera de la Región Metropolitana. De ellas, 254 hectáreas están distribuidas principalmente en Antofagasta, Coquimbo-La Serena, Concepción, Temuco y Puerto Montt.
Según el informe, estas zonas podrían albergar cerca de 94 mil viviendas bajo la normativa vigente, y hasta 167 mil unidades si se incorporan incentivos normativos para vivienda de interés público, con densidades mínimas de 600 habitantes por hectárea en torno a trenes, tranvías y teleféricos.
“Uno de los propósitos del modelo es revertir la fragmentación urbana que caracteriza a muchas ciudades regionales, donde el crecimiento se ha dado lejos de la infraestructura pública y los centros de empleo”, dijo a DF el jefe de desarrollo urbano de Déficit Cero, José Ignacio Selles.
“Las zonas de oportunidad buscan anticipar la inversión en equipamientos, servicios y vivienda alrededor del transporte, promoviendo barrios integrados y sostenibles”, agregó.
Proyectos por zona
En el norte, en la zona de Juan López -La Chimba en Antofagasta donde se proyecta el tranvía, se podrían construir entre 21 mil y 25 mil viviendas nuevas.
En el centro, en Quillota, alrededor de la futura estación de Merval Quillota Sur, se podrían proyectar más de 8 mil viviendas.
En el sur, en Penco -región del Biobío-, la proyección en torno a la Línea 3 del Biotrén es de 1.000 a 6 mil unidades.
Mientras que en La Paloma, en Puerto Montt, se evalúa reconvertir el actual aeródromo privado en un polo intermodal que combina el tren con el futuro teleférico de Angelmó, en el cual se podrían construir más de 22 mil viviendas.
En el documento, Déficit Cero propone avanzar hacia una Ley Marco de Zonas de Oportunidad, “que institucionalice su gobernanza y permita combinar financiamiento público y privado, incluyendo mecanismos de captura de plusvalías y reinversión local”.
A nivel regional, se propone la creación de Agencias de Gestión de Zonas de Oportunidad, con atribuciones para coordinar a municipios, gobiernos regionales y ministerios sectoriales en la ejecución de planes maestros con fuerza normativa.
“La vivienda puede ser la palanca de desarrollo urbano más eficiente si se conecta con la inversión pública en transporte. No basta con construir trenes y metros, debemos construir ciudades a su alrededor”, aseguró Selles.
“Donde llega el transporte, puede llegar también la vivienda, el empleo y la equidad de manera coordinada. No se trata de más gasto, sino de mejor gestión: la coordinación entre los ministerios de Vivienda, Transporte, Obras Públicas, y gobiernos regionales puede multiplicar el impacto social de cada peso invertido”, concluyó.