Empresa enfrenta semana clave para superar crisis y alejar riesgo de default
Agencias rebajaron rating de bonos a “basura” y regulador podría revocar la autorización para la tarjeta.
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Por E. Garrido y M. Villena
Nuevos hechos se sumaron la tarde del viernes para confirmar la delicada situación financiera de La Polar, que esta semana debe enfrentar una junta extraordinaria de accionistas que se estima clave para acordar soluciones a la crisis.
Primero fue la superintendencia de Bancos, que informó que la emisora de la tarjera La Polar -Inversiones S.C.G.- tiene cinco días hábiles bancarios para regularizar el capital mínimo exigido para su funcionamiento, fijado por el regulador en UF 100.000
(US$ 4,6 millones). “En el caso de que no envíe la información requerida a modo satisfactorio y en el plazo fijado, la SBIF podrá suspender o revocar la autorización otorgada al emisor de la tarjeta”, precisó.
Luego, las clasificadoras de riesgo Feller y Fitch bajaron el rating de los bonos de la entidad de BB a C, lo que los deja al nivel de “basura”, convirtiéndolos en instrumentos poco atractivos para el mercado.
Feller advirtió, además, que “la sustentabilidad de la empresa en el mediano y largo plazo depende, básicamente, de que se concrete en el muy corto plazo el ingreso a la firma de un nuevo socio estratégico”.
Fitch, por su parte, apuntó que “el total de provisiones representa un 76% de la cartera bruta reconocida en el hecho esencial y 2,04 veces el patrimonio contable de la compañía al 31 de marzo de 2011. A su vez, la cifra de provisiones adicionales representa 6 veces el Ebitda registrado en 2010”. Todo ello evidencia la caída material en los activos rentables y el deterioro significativo del perfil crediticio, dijeron en la entidad.
Presión bancaria
La suma de estas novedades habría terminado por sepultar al menos una de las búsquedas de interesados en entrar a la propiedad. Así se afirmó desde el mercado, precisándose que ciertas gestiones que se realizaban para buscar un nuevo socio habrían logrado despertar interés, pero el viernes fracasaron y, por tanto, se trataría de una ruta de salida que se cerraba.
El escenario para la firma, entonces, se vuelve más estrecho y en los bancos -sus principales acreedores- la paciencia se agota. Las entidades habían sido informados sobre los 418.000 deudores repactados unilateralmente, pero no se les informó que dos tercios de la cartera debía ser provisionada, lo que les obliga a subir sus propias provisiones inmovilizando capital.
Además, sólo una semana antes que La Polar enviará el primer hecho esencial sobre las provisiones (9 de junio), tras la ronda de reuniones que Pablo Alcalde sostuvo con los bancos para presentar las perspectivas de la firma, consiguió un préstamo de HSBC por US$ 11 millones.
En la banca no descartan llegar a un convenio judicial preventivo, algo que se ve acrecentado porque la cartera sana, que genera efectivamente flujos, es menor a lo pensado.
Con baja expectativa se reanuda transacción
Hoy volverán a transarse las acciones de La Polar en la bolsa, luego que la Superintendencia de Valores y Seguros resolviera el viernes por la tarde levantar la prohibición.
El regulador señaló que la decisión se tomó luego que la empresa comunicara las estimaciones de las provisiones adicionales requeridas para la totalidad de su cartera de clientes y el plan de la compañía.
De esta manera, La Polar rompe con casi cinco jornadas sin operaciones, pero en el mercado le aguarda un escenario de castigo. Así lo estima la corredora Tanner que ve a la acción en $ 340, un 76,22% por debajo al último precio registrado en $ 1.430.
Asimismo, desde la corredora K2 previeron posibles precios en base a diferentes escenarios.
De esta forma, la intermediaria estimó que los precios de las acciones estarían en $1.069 si la empresa logra un 25% de recuperación de las provisiones.
En el peor de los escenarios, si el 100% de la provisión no se puede recuperar, el precio proyectado sería de $ 646. La Polar acumula una rentabilidad anual de -57,4%