Este viernes se cumple un mes desde que la Comisión Nacional de Energía (CNE) publicó el polémico informe preliminar que reveló un error que implicó cobros en exceso en las cuentas de electricidad. Error que bastó para que se le pidiera la renuncia al entonces ministro de Energía, Diego Pardow, y al ahora exsecretario ejecutivo de la Comisión, Marco Mancilla.
Desde entonces, se gatillaron los análisis en torno a la eventual necesidad de mejoras a la CNE. El 17 de octubre, expertos consultados por DF instaron a fortalecer la entidad y hacerla independiente del Ministerio de Energía. Incluso, el 26 de septiembre, ya el presidente de Colbún, Hernán Rodríguez, aseguró en el seminario Voces con Energía de la eléctrica que el apagón del 25 de febrero -sumado a otros factores- ha hecho evidente, entre otras cosas, “la necesidad de un fortalecimiento institucional en nuestro país”. “Por qué no pensar por ejemplo en que la CNE y la SEC puedan fortalecer su rol técnico, independizándose de los ciclos políticos”, señalaba.
¿Pero cuáles son las claves para acercarse a un retrato de la CNE? El presupuesto de la entidad se ha mantenido en el mismo nivel al menos desde 2021 a 2025. Si bien en el año 2021 la entidad tuvo un presupuesto de $ 8.967 millones, en 2022 bajó a $ 8.240 millones y luego subió a $ 8.497 millones en 2023. Sin embargo, aunque en 2024 tuvo un salto a los $ 9.111 millones, este año volvió a reducirse, ubicándose en $ 9.024 millones.

Según el documento Balance de Gestión Integral 2024, enviado por la CNE a la Dirección de Presupuestos (Dipres), la CNE no supera los 100 funcionarios, predominando constantemente los hombres. En 2024, de los 95 trabajadores, 59 eran hombres y 36 mujeres. Además, la dotación efectiva es mayoritariamente joven. El perfil que se impone está entre los 35 a 44 años (29 hombres y 14 mujeres). Entre 25 a 34 años están 12 hombres y cinco mujeres. En tanto, entre 45 a 54 años, solo hay 13 hombres y nueve mujeres.
Pero un dato revelador está al observar el ausentismo laboral, ya que este ha ido al alza entre 2020 y 2024. El año pasado, este indicador en las mujeres alcanzó su máximo nivel en cinco años, con un promedio de 38,2 días. Los hombres anotaron un promedio de 14,4 días al igual que en 2023, también el más alto registro desde2020.
Un dato llamativo es que en los mayores de 65 años se registra un ausentismo de 121 días en hombres y 32 días en mujeres.
Por calidad jurídica, en el período analizado, solo en 2022 el ausentismo laboral predominó en el personal a planta por sobre los que están a contrata. En 2024, esta última calidad tuvo un promedio anual de 22,80 frente a los 7,40 del personal de planta.
La respuesta de la CNE
Consultados por DF, la CNE señaló que en los últimos años ha debido asumir nuevas funciones derivadas de modificaciones legales y regulatorias, así como de los desafíos propios del proceso de transición energética. Esto, explican, ha implicado un aumento sostenido en la complejidad de los procesos y en las exigencias técnicas.
Pese a ello, dicen, “el presupuesto se ha mantenido relativamente constante, lo que ha exigido una gestión particularmente eficiente y responsable para cumplir con las tareas encomendadas. No obstante, el crecimiento de las funciones y de la carga operativa hace necesario evaluar periódicamente la suficiencia de los recursos disponibles para responder adecuadamente a estas mayores demandas”.
Añadieron que “la CNE desarrolla todas las funciones y tareas que le mandata la ley y sus modificaciones, procurando siempre la máxima eficiencia y eficacia en el uso de los recursos públicos. La dotación actual se ajusta a los límites presupuestarios definidos cada año, aunque la creciente complejidad del sector y la incorporación de nuevas responsabilidades hacen recomendable revisar periódicamente la capacidad operativa de la institución”.
¿A qué se debe el alto nivel de ausentismo en los últimos años? Según explicaron, dada la dotación con la que cuenta la CNE, cualquier ausencia -ya sea por licencias médicas, permisos parentales, feriados legales o permisos con y sin goce de remuneraciones- “tiene una incidencia relevante en el promedio del indicador”.
“Salvo en 2024, la CNE se ha mantenido históricamente bajo el promedio de ausentismo en comparación con otros servicios públicos. En ese contexto, el aumento registrado ese año responde principalmente a la extensión circunstancial de algunas licencias médicas y a permisos por perfeccionamiento en el extranjero, sin goce de remuneraciones”, detallaron.
En cuanto a si preocupan estas cifras considerando los desafíos que enfrentan, enfatizaron: “La CNE monitorea con atención los niveles de ausentismo, dada su incidencia en la gestión interna. Estas situaciones se abordan utilizando los mecanismos legales y presupuestarios vigentes, autorizados por la Dirección de Presupuestos, procurando mantener en todo momento la continuidad operativa y el cumplimiento oportuno de las funciones encomendadas”.