Consorcio Lechero ve repunte en el sector y adelanta ingreso de nuevos actores

Constante es la pelea entre productores e industriales lecheros por los precios de venta del producto. Los dos últimos años fueron críticos por la sequía, un ciclo de bajos precios internacionales y que finalmente repercutió en el monto que se paga en Chile.

Pese a esto, el sector se ha mostrado activo en inversiones. Hace unas semanas el empresario Nicolás Ibáñez concretó su ingreso a Manuka y hace unos meses la gigante francesa Lactalis, matriz de Parmalat, compró La Vaquita.

Según reconoce Robert Cussen, presidente de Consorcio Lechero, el sector está muy competitivo y va a seguir aumentando. “Ya sabemos de otro proyecto grande que se está instalando en la región de Los Lagos y van a seguir viniendo actores privados. Tenemos que dejar de llorar, de ser víctimas y hacer las cosas bien”, dice.

Añade que esto se suma que la banca ha mostrado interés en apoyar la producción primaria de leche. Sin embargo, reconoce que “nuestro negocio es cíclico y sabemos que vamos a tener periodos de precios altos y bajos y estamos trabajando para sortear mejor los malos momentos”.

Agrega que el bienestar del productor lechero tiene que basarse en la eficiencia de sus procesos, “de qué tan bueno es produciendo pasto, teniendo vacas sanas, productivas, y personas que trabajan contentas y comprometidas. Los precios van y vienen al igual que los ciclos y no son el factor que explica el éxito del negocio”.

Dice que por estos días “el riego está al tope de las prioridades de inversión”, ya que aumenta por lo menos entre 20% y 30% la producción de las praderas.

Según un estudio, el 25% más rentable de la industria ganó entre 2015 y 2016 sobre $ 500 mil por hectárea. Mientras que el 25% menos rentable, que no tenía sistemas de riego, quedó con números rojos. “Hay una correlación alta entre el riego y la rentabilidad”, asegura.

Declaración de Rotterdam

Consorcio Lechero tiene once años y cuenta con 14 socios de los diferentes eslabones de la cadena productiva. Nacieron como una organización con fines técnicos y de investigación, pero hoy las demandas del sector los han llevado ampliar sus objetivos y preocupaciones.

“Lo que más nos urge es el futuro del consumo de la leche y la valorización de los lácteos, sumado a la competitividad de los productores. ¿Cómo le damos mayores niveles de sustentabilidad económica, social y ambiental?”, plantea Cussen.

Por ejemplo, para aprovechar el impacto económico que puede traer en las zonas donde operan. Esto, porque es una industria que emplea a cerca de 160 mil personas, tiene más de una decena de industrias procesadoras y más de 100 empresas queseras. “La demanda agregada de productos y servicios impacta muchísimo en la economía regional”, sostiene.

En temas productivos, entre los objetivos está buscar vacas más longevas porque son más rentables. “Queremos llegar a cinco lactancias por vaca, hoy estamos en 3,2”, dice.

Para todos estos objetivos, Cussen destaca la adhesión de Chile a la Declaración de Rotterdam, acuerdo que Chile firmará para potenciar la sustentabilidad del sector lácteo y cumplir los objetivos de desarrollo levantados por la ONU para el 2030.

Cambios en el mercado

Chile pasó de ser un exportador neto de leche a un importador. Sin embargo, Cussen no lo ve como un riesgo para el país.

“Lo importante es que la autoridad esté pendiente de la posibilidad de dumping (que se venda un producto bajo el precio comercial), porque el comercio debe ser justo. Son las reglas del juego y nosotros nos debemos preocupar de tener costos de nivel internacional”, sostiene.

De todos modos, esperan crecer en producción y consumo “y ser exportadores de nicho. Las bases que tenemos son sólidas, no queremos que se cierren más lecherías, queremos darle competitividad a los productores. Estamos fortaleciendo sus capacidades para recuperar su capital operacional y volver a crecer en los próximos dos años”.

Consultado por cómo afrontaron la salida de un socio relevante como Fedeleche, hace más de un año, Cussen señala que “nos animó a seguir trabajando con los productores que quedaron (Colún y Cooprinsem) y afortunadamente sucedió el acercamiento de Aproval. Hoy en el Consorcio ya tenemos el 37% de la leche que se produce en Chile”, dice y asegura que “las puertas para que vuelva Fedeleche están abiertas, porque lo que nos interesa es robustecer la cadena”.