Gira de Obama aumentará las tensiones dentro de ASEAN

Acercamiento de Washington a sudeste asiático marca diferencias entre países que quieren frenar su influencia y otros que piden un contrapeso a China.

Por: | Publicado: Miércoles 21 de noviembre de 2012 a las 05:00 hrs.
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El primer viaje de política exterior de Barack Obama desde su reelección por tres países del sudeste asiático generó una fuerte controversia. Tras pasar unas horas en Tailandia, un estrecho aliado, aterrizó el 19 de noviembre en Myanmar, convirtiéndose en el primer presidente de Estados Unidos en visitar ese país. Al día siguiente partió a la cumbre regional en Camboya. La elección de los destinos muestra su determinación de continuar el “rebalanceo” de Estados Unidos en dirección de Asia. Esto busca contrarrestar la influencia de China, pero la necesidad de equilibrar los conflictos de agendas complicará lograr una posición coherente.

Su itinerario fue visto con escepticismo tanto por los grupos de derechos humanos como por el gobierno chino. Los primeros cuestionaron que beneficiara a Myanmar con la visita —una poderosa señal de reinserción internacional— a cambio de tan sólo promesas de más reformas. Aunque el gobierno local ha realizado impresionantes avances en los últimos 18 meses, aún falta avanzar en abolir la censura y abrirse a la inversión extranjera. Todavía no está claro si los militares y élites empresariales que prosperaron bajo el anterior régimen militar aceptarán nuevas reformas. Muchos disidentes sostienen que el respaldo al gobierno puede enviar el mensaje de que refoarmas parciales e incluso cosméticas pueden ser suficientes.

Pero los cuestionamientos pueden ser demasiado pesimistas. Los detalles de la visita de Obama señalan un esfuerzo cuidadosamente calibrado para respaldar y presionar al gobierno. El presidente pasó sólo seis horas en el país, y se mantuvo alejado de Naypyidaw, la capital política, evitando una maniobra intencional de la “junta”. Se reunió tanto con el presidente, Thein Sein, como con la líder de la oposición, Aung San Suu Kyi. Obama dio un discurso televisado en la Universidad de Yangon, una antes eminente institución que ha sido dejada sin financiamiento debido al activismo pro democracia de sus estudiantes. Obama se refirió en algunas oportunidades al país anfitrión como Burma, como se denominaba Myanmar antes de ser rebautizada por la dictadura militar. Y su discurso planteó al gobierno nuevas demandas, desde la reconciliación étnica a la transparencia militar.

Muchos observadores locales e internacionales temían que la “democracia disciplinada” de Myanmar sólo dejaría espacio para una oposición pequeña y funcional a los intereses del gobierno. Pero las reformas se han aprobado tanto con el apoyo la Liga Nacional por la Democracia de Aung San Suu Kyi como de los partidos aliados de los militares. Estos grupos parecen dispuestos a tolerar los cambios mientras no amenacen su 25% de asientos garantizados en el parlamento, que mantienen un veto de facto a una reforma constitucional necesaria para introducir una democracia plena.

Así, el riesgo de que la visita de Obama lleve a un retroceso parece mínimo. Sin embargo, sería un error subestimar los severos desafíos políticos, sociales y económicos del país.



El factor China


Aunque la visita a Myanmar ha dominado los titulares, la gira también tenía un objetivo mayor de reconstruir la influencia de Washington en la región. Durante su primer período Obama dijo ser el primer presidente de Estados Unidos enfocado en el Pacífico, pero la política exterior estuvo dominada por Medio Oriente. Su decisión de partir a Asia diez días después de ganar las elecciones puede ser leída como una declaración de intenciones para su segundo mandato. En particular, la influencia de Estados Unidos en Myanmar crecerá a medida que las reformas alejen al país de la casi exclusiva dependencia de China por apoyo político y económico.

Los otros dos destinos de la gira también apuntan al mismo fin. A su arribo a Tailandia, el 18 de noviembre, Obama destacó que el país es el aliado más antiguo de Estados Unidos en Asia. Sus comentarios pretendían apoyar a la frágil democracia tailandesa y promover la visión de Washington para el bloque regional de libre comercio TPP (Trans Pacific Partnership). Obama no escatimó alabanzas para el gobierno electo de Tailandia liderado por el primer ministro, Yingluck Shinawatra, que le respondió prometiendo unirse a las negociaciones por la TPP.

Y el último destino de Obama representa otra primera visita histórica, pero la fría acogida que recibió en Camboya fue un duro contraste con las multitudes que lo aclamaron en Myanmar. Esto refleja dos factores: la visión de Estados Unidos de que Camboya avanza en la dirección opuesta que Myanmar en términos políticos, y que Camboya es uno de los aliados más estrechos de China en la región. Con Myanmar restableciendo lazos con Occidente y avanzando hacia la democracia, la autoritaria Camboya podría pasar a ser blanco de mayores críticas de la ASEAN. Funcionarios estadounidenses declararon públicamente que Obama sólo visitó el país para asistir a la Cumbre del Sudeste Asiático (EAS) patrocinada por ASEAN; y sus breves encuentros con el primer ministro de Camboya, Hun Sen, fueron previsiblemente fríos.



Divisiones internas


La presencia de Obama en la región, su apoyo a Tailandia y Myanmar, y especialmente su asistencia de la EAS, reforzarán los lazos de Estados Unidos con la región. Pero el efecto en ASEAN es menos claro. Por una parte, Washington pretende fortalecer la institución multilateral regional. Por otra, su acercamiento podría exacerbar las claras divisiones dentro de ASEAN entre países como Filipinas y Vietnam que parecen acoger a EEUU como un contrapeso frente a China, y otros como Camboya y Laos que buscan frenar su influencia. Reflejando estas tensiones, uno de los principales desarrollos en la víspera de EAS fue un desacuerdo dentro de ASEAN sobre si la entidad había decidido cómo abordar a China en el principal tema de seguridad regional, las tensiones por los reclamos territoriales en el Mar del Sur de China. La creciente importancia geopolítica del sudeste asiático puede significar que la reputación de ASEAN de que hasta ahora siempre ha sido capaz de alcanzar consensos, por muy anodinos que sean, podría ahora sufrir un traspié.



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