Hermanos Luksic recuerdan a su padre como su maestro en los negocios
Los empresarios, fueron destacados por la Escuela de Negocios de la Universidad de Los Andes (ESE), en conjunto con el Credit Suisse y Diario Financiero.
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Los hermanos Andrónico, Guillermo y Jean Paul Luksic, recibieron
ayer el premio ESE a la familia empresaria 2008, que entrega la Escuela
de Negocios de la Universidad de Los Andes, ESE, en conjunto con el
Credit Suisse y Diario Financiero.
El profesor titular de la
Cátedra Jorge Yarur Banna y secretario coordinador del jurado, Jon
Martínez, destacó la relevancia que tienen las empresas familiares en
la economía del país.
Martínez expuso que, si bien la mayoría
de las firmas nacen de un proyecto de este tipo, sólo un bajo
porcentaje de ellas sobrevive a la tercera generación.
Junto
con destacar la trayectoria empresarial del grupo Luksic, en la
oportunidad Jon Martínez conversó con los tres hermanos, preguntándoles
por su vida familiar y por cómo operan en los negocios.
-¿Cómo fue su infancia?
- Andrónico:
-
Tuvimos una infancia muy feliz, fuimos niños tranquilos y normales. Mi
papá (Andrónico Luksic Abaroa) fue un tremendo apoyo para todo lo que
hicimos, igual que mi madre.
-Guillermo:
- Jean Paul
llegó un poco más tarde. Me acuerdo que mi padre quería transmitirnos
el interés por los negocios. Los fines de semana en Antofagasta, en vez
de ir a la piscina o andar en bicicleta, nos llevaba en camioneta por
al desierto a buscar minas. Era una propuesta muy fome, por eso no nos
entusiasmamos con el negocio minero. Jean Paul sí se entusiasmó.
-Jean Paul:
Soy
el último que nació en Antofagasta. Un día mi papá me regaló un camión
y una pala y no le dí mucha bola a eso. Después llegó con una camionada
de arena en el jardín, lo que seguramente no alegró a mí madre. Hoy,
viéndolo con perspectiva, al igual que con sus frases, con sus gestos
trataba de dirigirnos (bromea).
-¿Cómo ingresaron ustedes a los negocios?
- Andrónico:
Cuando
salió elegido Salvador Allende mi papá consideró que era importante que
uno de nosotros estudiara afuera, por lo que terminé el colegio y me
fui a Estados Unidos. Cuando volví a Chile traté de tomarme un año
sabático, pero el creyó que era algo pavoroso, me dijo que ni en su
peor pesadilla tendría un hijo playboy, así es que partí de vendedor a
una concesionaria Ford que teníamos en Salta Argentina.
-Guillermo:
Para
mí fue distinto porque me quedé aquí. Mi padre era muy especial y tenía
puntos de vista particulares, como que la universidad era una pérdida
de tiempo. Entré a leyes a la Universidad de Chile y por las tardes iba
a trabajar, codo a codo, con él a Quiñenco. A los 21 años dejé la
universidad y me hice cargo de una forestal.
-Jean Paul:
Me
tocó trabajar en un banco en Inglaterra, donde estaba cómodo y
pololeaba con mi actual señora. Mi padre me dijo que volviera y probara
un año trabajando en Chile. Lo lógico era que siguiera en la banca,
pero me llamó la atención la capacidad de los proyectos mineros para
captar el apoyo de los bancos. Aprendí del área minera junto a mi
padre. Qué mejor maestro.