Economía

Analista internacional: “Macri ha resultado ser débil como político y como creador de políticas para Argentina”

El experto asegura, sin embargo, que la responsabilidad no recae sólo en el presidente y que el FMI debe asumir que su primer programa falló.

Por: María Gabriela Arteaga | Publicado: Lunes 3 de septiembre de 2018 a las 04:00 hrs.
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El presidente argentino, Mauricio Macri, atraviesa las horas más difíciles de su gobierno y desde mañana tendrá todas sus apuestas en la renegociación de la ayuda financiera del Fondo Monetario Internacional (FMI) para devolver la tranquilidad a los mercados de su país.

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Sin embargo, para Ed-Al-Hussainy, analista senior de tasas de interés y de divisas de la consultora Columbia Threadneedle, “el panorama no es nada alentador”. De la cita resultará un acuerdo más estricto y vendrán tiempos más difíciles.

- ¿Qué llevó a Argentina a la situación actual?

- Una combinación de un muy mal momento. Macri resultó ser mucho más débil como político y como creador de políticas de lo esperado. La gente siempre busca un mesías que resuelva los problemas y sea mejor que el gobierno anterior. El problema está en que Macri perdió toda la credibilidad y no logró recuperarla con el acuerdo con el FMI, como muchos pensaron que ocurriría. A ello se suma que el Fondo diseñó un programa pobre y falló. Ambos perdieron toda la confianza. Ahora, el FMI debe volver ante el directorio y plantear que sus pronósticos, de hace seis meses, son pura basura.

- ¿Qué podemos esperar de la reunión de mañana en Washington?

- Un programa más estricto. Tiene que tener más condiciones y a mi juicio, deben extender la línea de crédito a al menos US$ 75 mil millones. El problema es que no sabremos si el gobierno logrará cumplir con los nuevos requerimientos sino hasta fines de 2019, cuando sepamos si cumplió la meta presupuestaria. Consideramos que, en algún punto, el Ejecutivo tendrá que pararse hombro a hombro con el FMI y decir: “vendrán ajustes más duros y estamos dispuestos a llevar la economía a una recesión para estabilizarla”. Si eso no funciona, podremos ver un nuevo control de capitales o una reestructuración de deuda en los próximos doce o 18 meses.

- ¿Ve posible un nuevo corralito?

- Sí, aunque no creo que sea efectivo. El problema está en que tanto el Ministerio de Finanzas como el banco central están experimentando y eso es mejor hacerlo en tiempos de crecimiento y debilidad del dólar. Lo han hecho con la meta de inflación que la han revisado varias veces; han experimentado con un tipo de cambio flotante que tampoco ha funcionado. Han intervenido con reservas reiteradamente y con ello han perdido mucho dinero. Si eso no funciona, podrían experimentar con un control de capitales.

- ¿Sería como un último recurso?

- Sí. Aunque creo que el verdadero último recurso será la reestructuración de la deuda en dólares.

- A su juicio la intervención del banco central no ha funcionado. ¿Qué podrían hacer entonces?

- Esa medida es contraproducente. Pero, más allá, creo que están en una posición muy difícil con respecto a las opciones disponibles. No son muchas ni muy buenas. Con la venta de reservas seleccionaron una de las menos malas, que a veces funciona y otras no. No creo que sea una solución ni una política y muchos menos agrega credibilidad.

- ¿Qué debe hacer el gobierno para recuperar la confianza?

- La última arma es el ajuste fiscal. Sabiendo que, de por sí, atravesarán una recesión, Macri debe ser capaz de admitir que deberá ser mucho más fuerte y que es necesario recortar financiamiento del gobierno de forma más agresiva. Ello conlleva mucho sacrificio a corto plazo para garantizar estabilidad a largo plazo. Se habla de cambio en el gabinete, pero al final no creo que un equipo distinto haga la diferencia. Simplemente no tienen dinero. Lo preocupante es que vienen las elecciones y, en medio de ese clima, Macri tiene que causar daño.

- Lo que podría afectar su reelección.

- Sí. Lo que viene a nivel político va a ser complicado, porque además están en medio de la investigación judicial por corrupción, un proceso nunca antes visto en Argentina. La buena noticia para Macri es que su administración aún no está siendo salpicada por el escándalo. Su argumento más convencedor es resaltar cómo estaba el país hace diez o quince años y destacar el riesgo de que no haya una corta recesión: regresar a la Argentina del año 2000.

- ¿Veremos tiempos más difíciles para los argentinos?

- Sí. Si nada estuviese ocurriendo y el programa hubiese funcionado, igualmente hubiésemos visto una recesión suave por el impacto de la sequía de inicios de año. El problema actual es que el resto de la economía iba a estar marcada por el gobierno, el crédito y los gastos, y nada de eso puede ocurrir en medio del programa con el FMI. A ello se une la incertidumbre electoral que probable y lógicamente tendrá efectos en la inversión. Todo se combinará y profundizará la recesión. El panorama no es nada alentador.

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Evolución de dólar

Tras dos jornadas frenéticas en las que el tipo de cambio aumentó cerca de 24% en el mercado minorista, la economía argentina volvió a demostrar que la volatilidad es su principal enemigo. La sequía, una inflación que el gobierno no consigue domar, la caída de la actividad económica y un banco central obligado a deshacerse de reservas para contener el tipo de cambio parecen convertir en utópicas las promesas de Mauricio Macri de bajar la pobreza hacia el final de su mandato. La corrida cambiaria que se inició a fines de abril parecía haberse desacelerado a principio de agosto, pero a un día de concluir el mes, el peso sumaba una depreciación de 37,17% en el año y de 101,60% en 365 días. El jueves, la cotización tocó los 42 pesos argentinos en bancos privados y cerró en 38,2 pesos en las pantallas del Banco Nación, casi 4 pesos por encima del miércoles. El viernes se moderó levemente y cerró por debajo de 37 pesos.

Inflación

El alto índice de inflación es uno de los factores que hacen al país más vulnerable que otros mercados emergentes a los movimientos de los inversionistas globales que se alejan de los activos de riesgo. Si bien el gobierno redujo la impresión de billetes para financiar el déficit fiscal, la eliminación de subsidios a los servicios públicos y la caída de la tasa de cambio han mantenido la inflación alta.

Reservas en moneda extranjera

El banco central respondió a la rápida depreciación y al alza de la inflación elevando las tasas de interés y vendiendo miles de millones de dólares en reservas para proteger el peso. El resultado fue una fuerte disminución de las mismas. Si bien el préstamo del FMI las impulsó, la presión continua sobre el peso ha llevado al banco a intervenir reiteradamente para intentar contener la cotización. Sólo el viernes, la institución inyectó US$ 250 millones de sus reservas.

Actividad económica

La peor sequía en décadas redujo las cosechas de soya y maíz, la columna vertebral de la economía argentina. La economía ahora se ha contraído por tres meses consecutivos, con el sector agrícola liderando el camino hacia lo que los economistas aseguran que será una recesión. La economía cayó 6,7% en junio, la peor caída mensual desde la crisis financiera mundial de 2009. La recesión, estima Reuters, amenaza dos de las principales promesas de campaña de Macri: lograr "pobreza cero" y crear empleos de calidad. Macri reconoció a principios de agosto que la pobreza había aumentado debido a la inflación y la desaceleración, mientras que el número de trabajadores registrados ha comenzado a disminuir desde su peak en diciembre de 2017. El gobierno planea reducir el gasto en infraestructura como parte de sus promesas de recortar déficit fiscal bajo el acuerdo del FMI, lo que podría exacerbar las pérdidas de empleo.

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