Economía

Derrota ante Alemania impactaría confianza de brasileños y mermaría opción electoral de Rousseff

“Simbólicamente, fue el final apropiado para los años de auge económico de Brasil”, ironizó Financial Times.

Por: Isabel Ramos Jeldres
 | Publicado: Jueves 10 de julio de 2014 a las 05:00 hrs.
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Fue una humillación deportiva, pero la derrota de Brasil 1-7 ante Alemania en la semifinal de la Copa Mundial de Fútbol dejó efectos que van más allá de la cancha. Una nota publicada ayer por Financial Times lo resume: “simbólicamente, fue el final apropiado a los años de auge económico de Brasil. Pero en términos deportivos fue algo más específico: el fin de la tradición futbolística de Brasil”.

La presidenta Dilma Rousseff reconoció en una entrevista en el Palacio de Planalto que ni siquiera en sus peores pesadillas imaginó la derrota de Brasil ante Alemania. Pese a estar decepcionada con el resultado, el país “será capaz de levantarse, desafiar y superar la situación extremadamente dolorosa”, aseguró a Christiane Amanpour, corresponsal en jefe internacional de CNN.

Los expertos son menos optimistas. Afirman que la derrota dañará las opciones de la mandataria de ser reelecta en los comicios del 3 de octubre, pero que también podría afectar la confianza de los inversionistas y consumidores.

“Es una derrota tan humillante que hace preguntarse si tendrá un impacto negativo en la psiquis de los brasileños”, dijo a Bloomberg el director de estrategia de mercados emergentes de UBS, Geoffrey Dennis. “Va a confirmar a la gente que ‘ok, nuestra economía está en problemas, no podemos crecer, pero ahora ni siquiera tenemos un equipo de fútbol decente’”.

El analista de ING, Eric Conrads, planteó un escenario similar. “Dada la magnitud de la derrota, la forma en que perdieron y el costo de la Copa del Mundo, después de las lágrimas, algunos brasileños sentirán rabia” con la administración de Rousseff, afirmó a Bloomberg.

De hecho, el martes en la noche los medios locales reportaron la quema de más de 20 buses en Sao Paulo, y varios disturbios en toda la ciudad, lo que hizo recordar las protestas antes del Mundial. En las semanas previas al torneo, miles de personas salieron a manifestarse en contra de los US$ 11 mil millones que se gastaron en el evento, en un país donde 7,2 millones de personas aún viven con 
US$ 1,25 al día, o menos.

Impacto en las elecciones


Los mercados brasileños estuvieron cerrados ayer por un feriado, pero las acciones del MSCI Brazil Capped ETF subieron 1,49%, su mayor avance en tres semanas, por las expectativas de que Rousseff no logre la reelección.

La pérdida “es una humillación nacional”, dijo el director de investigación para América de Nomura, Tony Volpon, en una nota a clientes. “Para un país que define buena parte de su carácter nacional en torno a su destreza futbolística, perder en casa tendrá grandes repercusiones más allá de los actos de violencia vistos tras la derrota”, agregó.

Nomura planteó que el gobierno recibió un impulso en las últimas encuestas gracias al buen desempeño de la selección y a un sentimiento positivo sobre el torneo, pero que la derrota podría revertir este escenario.

“Sin importar cómo esto evolucione, creemos que nuestra visión –que la oposición probablemente ganará y las consecuencias bursátiles de esto- ha sido reforzada por lo que puede ser descrito legítimamente, desde el punto de vista brasileño, como una derrota deportiva trágica”, escribió Volpon.

Una encuesta de Datafolha publicada el 2 de julio mostró que un 38% de los brasileños votaría por Rousseff en la elección del 3 de octubre, una caída respecto del 44% de febrero. Su competidor, Aécio Neves, del Partido Social Democrático de Brasil (PSDB), obtendría un 20% de apoyo.

Si Rousseff pierde las elecciones, se produciría una racha alcista de 25% en las acciones brasileñas, según el director de investigación de Bulltick Capital Markets, Alberto Bernal. “Esto va a ser catastrófico para el ánimo nacional”, dijo Bernal a Bloomberg. “Si el mercado ve el potencial de que Dilma no sea reelecta, entonces habrá un enorme rally”, acotó.

Desde que Rousseff asumió el poder en 2011, el crecimiento se ha desacelerado a un tasa anual promedio de 2%, la más baja para un presidente brasileño desde Fernando Collor de Mello, quien renunció en 1992 en medio de acusaciones de corrupción.

Eso se combina con una inflación acelerada, que en junio subió a una tasa anual de 6,52%, superando el techo del rango meta del banco central, que va de 2,5% a 6,5%.

En términos mensuales, el indicador aumentó 0,4%, la tasa más alta para junio desde 2008, y la mitad de ese incremento (0,2%) se explica por el impacto del Mundial en los precios de los hoteles y las aerolíneas.

El torneo también generará pérdidas en la economía, porque las autoridades decretaron feriados los días en que jugó la selección brasileña. Según cálculos de la Federación de Industrias del Estado de São Paulo (Fiesp), cada día sin trabajar representó una pérdida de US$ 3.610 millones para la industria.

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